Nadie en mi familia se había atrevido hasta ahora a contar la historia que hoy pretendo desvelar. Nadie en mi familia quería pasar por semejante humillación. Pero hoy, diez años más tarde, todos me han animado a que lo cuente. Sin tapujos, sin metáforas, con todo detalle. Están hartos de aguantar y proteger a semejante animal.
Y es que, hace diez años, por estas mismas fechas, mi cuñado estaba en Nueva York. Había sido invitado por un amigo a celebrar con él y su familia la fiesta del 4 de julio y aceptó. Era septiembre y seguía alojado en casa de aquel supuesto amigo.
El día 11, como cada mañana, mi cuñado madrugó. Era la única manera de desayunar al lado de la hermana de su amigo, una mujer que, a día de hoy, sigue necesitando medicación…
Cuando salió al porche de la casa, en el barrio de Brooklyn, a recoger el periódico, escuchó el rugir de sirenas de todo tipo: policía, bomberos, ambulancias… “¿Pero era hoy la maratón de Nueva York?”, preguntó en voz alta…
Un hispano que pasaba por allí le escuchó y le contestó: “Es la guerra, estúpido, es la puta guerra”… Y le señaló a un punto concreto del horizonte, donde las dos torres gemelas ardían como pebeteros.
“¡Coooño!”, exclamó mi cuñado. “Pues sí que es verdad que aquí lo hacéis todo a lo grande, ¿eh?”
“Es la guerra, es la puta guerra”, repetía llorando el pobre hispano.
Mi cuñado le pasó un brazo por los hombros a aquel hombre de ánimo hundido y le conminó a que le acompañara al interior de la casa.
Hasta aquí, un relato que se mueve dentro de los límites de lo que puede considerarse un comportamiento razonable en una situación extrema como aquella: un hombre consuela a otro y le ofrece la protección y el cobijo de su hogar.
Pero estamos hablando de mi cuñado, no se olviden…
Ambos entraron en la casa. Mi cuñado se dirigió al dormitorio de los padres de su amigo, abrió uno de los cajones de la cómoda, sacó un sobre que contenía más de quinientos dólares (no me preguntes cómo lo sabía), se los guardó en el bolsillo y le dijo al hispano:
“Si es verdad que eso de allí es la guerra, la situación es crítica y yo solo no podré hacerlo. Necesito que me acompañes al supermercado para traernos toda la cerveza que tengan. Seguro que cierran los establecimientos durante varios días. ¿Tienes coche?...”
13 comentarios:
En una situación de guerra a la gente se le va la pinza,sin embargo tu cuñado mantuvo la calma,había que acumular reservas cerveceras por si acaso,aparte de agua ........para los patos.No es tonto ,no.Besito.
MÁS CLARO:
Tu cuñado tiene un temple...
salu2.
Menos mal que alguien tiene claras las prioridades en medio de las más funestas crisis. Tu cuñao sí que sabe.
!hombre con unas cervecitas........la cosa se ve mejor parada!!!
dicen que lo que no se puede arreglar, dejalo pasar.......jaajajjjaja
el mismo día, pero a la hora de la siesta, al otro lado del charco, en Alicante, mi cuñado reposaba ( lleva desde que lo conozco reposando), reposaba, digo, la comida.
Abrió un ojo y vió en el televisor la imagen de una torre en llamas mientras un avión atravesaba la otra torre de al lado.
Exclamó:- ostia!! están dando a estas horas Top Gun!!??
besicos !;)
Es evidente que a tu cuñado jamás lo interpretará Leonardo Dicaprio.
:-)
Qué pulso, qué calma, qué entereza...
Toñi...Top GUN????
Yo quiero un cuñadooooo!!!
Besos Mil
si Anabel, nena...a él se le antojó que era una peli de aviones haciendo piruetas.. no me preguntes más, que mi cuñao es muy raro y más basto que una infusión de pan rallao ...
Loli, te lo mando ya, por si tienes una emergencia... ;-) Besos!
Dyhego, sí, a la altura del occipucio... ;-)
Platón, me alegra saber que también puedo contar contigo para mandártelo unas semanas... ;-)
Mari Luz, con unas cervecitas, es verdad, todo mejora. Salvo que aparezca mi cuñado... ;-)
Toñi, deberíamos reclamar indemnizaciones al Gobierno... ;-)
Food, si acaso, Jim Carrey, y harto de drogas... ;-))
Anabel, ya no recuerdo la primera vez que te dije que te lo regalaba... Y tú, ni caso... ;-)
Toñi, la infusión de pan rallao es denunciable, ¿no?... ;-)))
!pues el mio aparece hoy!! jajajajaaja !menudo disgusto!! llega el chapas de mi cuñao y preparare los paracetamoles para mi soberano dolor de coco...........jajajajjjajajajaa
!al menos este no me bebe mis cervezas!!! pero me sorbe el coco.......jajajajajajaa
Mari Luz, te acompaño en el sentimiento... ;-)
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