Mucho se ha hablado este fin de semana sobre la
pitada al himno de España durante los prolegómenos del partido de la final de
la Copa del Rey.
Yo lo veo normal. La gente pitaba porque había
pagado una entrada (y bastante cara, por cierto) para ver un partido de fútbol,
no para escuchar música (y bastante mala, por cierto). Seguramente, también
pitarían los espectadores del Liceu de Barcelona o del Teatro Real de Madrid si antes de un concierto
apareciera en el escenario un fulano dándole patadas a un balón.
Y luego también se da la circunstancia de que en
este país, al igual que Javier Marías y Pérez Reverte, somos muy de la RAE. Y,
atendiendo a lo que limpia, fija y da esplendor, es muy difícil calificar de
“himno” a lo que hasta un sordo podría confundir con el ruido de una lavadora.
En todo caso, vería con buenos ojos que el partido
se diera por anulado y se tuviera que repetir a puerta cerrada. Soy del
Athletic…
4 comentarios:
Jajajaja, muy buena tu disertación.
Es la Verdad Absoluta, que para algo somos de Bilbao... ;-)
Entre pitos y flautas, la casa sin barrer.
Yo vería mejor, que la selección les prohibiera representar esa copa y por lo tanto, no dejarle participiar de una cosa que ellos mismos dicen que odian...
Que se vayan con su odio a otra parte.
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