06 abril 2016

Microrrelato Express #222


“Máximo seis personas”, rezaba el cartel. Los siete se miraban entre sí con disimulada indignación dentro de aquella cabina que no se movía.

8 comentarios:

Dyhego dijo...

¿Qué pasaría si montan en el ascensor seis personas más un paquete grande?
;)

Más claro, agua dijo...

¿A quién de los siete estás llamando "paquete grande"?... ;-)

Dyhego dijo...

¡Hay paquetes y paquetones!
;)))

Más claro, agua dijo...

Y luego ya está Sergio Ramos... ;-)

d:D´ dijo...

Dejamos siempre la responsabilidad en manos de los más débiles y los sometemos a juicio sin pensar en las consecuencias sobre nuestras propias decisiones.
¿Qué culpa tiene el ascensor si no sabe sumar el número de personas sólo porque esa mañana se haya levantado con mal pie y el trabajo le resulte pesado?
Nunca abusaría de un sinesfuerzum cansado de ayudar a descansar y esperaría a otro para viajar sólo. Daría pie a una conversación en el vacío y sin metereologías típicas de trabajo y compromiso.
Es menos fuerte el que siendo único soporta en su estómago cargas para elevar que ese conjunto indiferente e individualista...
Algún día los ascensores se revelarán y vomitarán todo su contenido; ese día, apocalíptico, será el inicio de una nueva era -que se era- y un regreso a la de los metales y broncearán sus cuerpos en desguaces y vertederos según hubiese sido su estatus social.
Ascensores de clases altas, de rascacielos o institucionales, gozando de soleados días a la espera de reciclados y restauraciones.
Ascensores de clases medias o bajas, de pisos corrientes, pasando fríos y óxidos en solares donde las trituradoras del infierno los desguazarán para -sacando sus entrañas- dotar de funciones a aquellos otros anteriores.
Si tuvieran ojos y oídos nos dirían que sus vidas siempre han dependido de un hilo continuo, muchas veces cuerda floja.
Qué jevi

El placer de llamar al ascensor, a gritos o en el botón pulsando y que sin rechistar responda.

Son historias de mecánicos y técnicos de escalera, de conserjes y llaves maestras; son anécdotas de comunidad de vecinos que descansan en las noches verticales de cualquier edificio allí donde los halla el pozo y el gozo que como una espina dorsal atraviesa (el) hueco sin hernias por no ser estenoico.

BreveSaludoS

Más claro, agua dijo...

Es un honor que sea en los comentarios de mi blog donde se publique el primer ensayo sobre el ascensor de la Historia del Pensamiento Mundial ;-)

d:D´ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
d:D´ dijo...

psss, cosas que pasan...
(Me lo contó un des(as)censor en el que estuve encerrado durante una noche hasta que me liberaron los geos, con ayuda de un conserje y un bombero. A él lo dieron de baja; estaba algo desequilibrado y perdía bastante de aceite por los retenes. Tuvo una vida muy dura pues estaba enclavado en un viejo rascacielos de un hotel que ahora está en entredicho no sólo por su aluminosis, también su remodelación prevista y su frontispicio o...fachada por la fecha en que se construyó.

...Que su dios de acero guarde su *lata hueca y lo tenga en su gloria, como diría chiquito...)

[*Alma de los ascensores. Vacío impertérrito (mi). Eco de mi neurona]