Ahí, hasta el más intrépido, termina por ahogarse... :)))´
Epílogo épico acronocandente:
Maridos y parejas masculinas que pululan como barcos a la deriva en esos mares de multitudes ahogan sus horas ──a veces tardes completas, nonas y maitines── días como robinsones con los dedos puestos sobre las teclas verticales de infernales máquinas refrescantes. O entre sollozos y delirios interrumpen ──como muriendo── al pasar sus dedos en aburridas pantallas táctiles.
Quién fuera balón de cuero, quién fuera penacho marino entre anémonas de asiento y medulares transcursos inciertos. La duda apoderándose de ellos atisba lejana el regreso al puerto caseño...para hacerse otro yo a quien contarle reflejos y penas.
Penas y zozobras, peñas y escollos que escorando a favor por estribor pierden aguas; al fin y al cabo en cualquier momento divisa costa y a nado regresan o a cabotaje en paquebote.
A veces, sólo a veces, interrumpen sus miradas que entrecruzadas con otros isleños denotan lánguida placidez de tan mortecinos párpados...
Pasan buques, barcas y falúas que colmadas de aromas de viaje engatusan y de reojo las miran como si de bellas sirenas tratasen sin emergencias para salvarlos, y sin técnicos sanitarios.
Ahogan, ahora, sus miradas y con las manos en los botes reman mascullando palabras sin remedio...Eso, qué reme dios...Entre trago y trago.
Son el espíritu más alejado del encuentro, cómo niños varados, como pecios emergidos por la bajamar. Islotes desiertos. Solos sólo son meros, meros, meros olvidados besugos... Hombres muertos. Hombre al agua.
Veamos, más bien ripiosa liturgia *devino... En fin, un chascarrillo más [Es que entre tanta respuesta corta, anónima y lejana, era hora de homilioso sermón en prosa narrativa al modo *melan(l)cólico]
Ya sabes, de la observancia de tantas miradas perdidas y náufragas en esa tremendas superficies nacen ésas... y otras que en calma chicha han levantado tempestades en más de un hogar :))´
4 comentarios:
Ahí, hasta el más intrépido, termina por ahogarse...
:)))´
Epílogo épico acronocandente:
Maridos y parejas masculinas que pululan
como barcos a la deriva en esos mares de
multitudes ahogan sus horas ──a veces tardes
completas, nonas y maitines── días
como robinsones con los dedos puestos sobre
las teclas verticales de infernales máquinas
refrescantes. O entre sollozos y delirios
interrumpen ──como muriendo── al pasar sus dedos
en aburridas pantallas táctiles.
Quién fuera balón de cuero, quién fuera
penacho marino entre anémonas de asiento
y medulares transcursos inciertos.
La duda apoderándose de ellos atisba lejana
el regreso al puerto caseño...para hacerse
otro yo a quien contarle reflejos y penas.
Penas y zozobras, peñas y escollos que escorando
a favor por estribor pierden aguas; al fin y al cabo
en cualquier momento divisa costa y a nado regresan
o a cabotaje en paquebote.
A veces, sólo a veces, interrumpen sus miradas
que entrecruzadas con otros isleños denotan
lánguida placidez de tan mortecinos párpados...
Pasan buques, barcas y falúas que colmadas
de aromas de viaje engatusan y de reojo
las miran como si de bellas sirenas tratasen
sin emergencias para salvarlos, y sin técnicos
sanitarios.
Ahogan, ahora, sus miradas y con las manos
en los botes reman mascullando palabras
sin remedio...Eso, qué reme dios...Entre
trago y trago.
Son el espíritu más alejado del encuentro,
cómo niños varados, como pecios emergidos
por la bajamar. Islotes desiertos.
Solos sólo son meros, meros, meros
olvidados besugos...
Hombres muertos.
Hombre al agua.
Huecograbados.
Es inhumano, incluso en viernes.
...Pues...así grosso modo...
Saludos, camarada
¡Poeta! ;-)
Veamos, más bien ripiosa liturgia *devino...
En fin, un chascarrillo más
[Es que entre tanta respuesta corta, anónima y lejana,
era hora de homilioso sermón en prosa narrativa
al modo *melan(l)cólico]
Ya sabes, de la observancia de tantas miradas perdidas
y náufragas en esa tremendas superficies nacen ésas...
y otras que en calma chicha han levantado tempestades
en más de un hogar :))´
Nos vemos
Saludos, maestro.
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