En El Escorial,
tradicional sede de los cursos de verano que convoca anualmente la Universidad
Complutense, no daban crédito. Después de más de veinte años, y una media de
cinco mil alumnos por año, era la primera vez que un curso contaba tan sólo con
dos matriculados. El estupor fue mayor cuando se supo que el título del mismo
era “Técnicas Infalibles de Movilización de Masas”.
Nuestro equipo de
investigación, compuesto por un repartidor de pizzas jubilado y su vieja
motocicleta, ha logrado descubrir la identidad de los dos matriculados. Se
trata de un matrimonio alemán de viaje de placer por nuestro país.
Nuestro equipo de
redacción, compuesto por el mismo repartidor de pizzas jubilado y una vieja
grabadora que compró tras vender la motocicleta, ha conseguido mantener una
entrevista en exclusiva con los protagonistas de la noticia:
—Ustedes hablan muy
raro. Tienen pinta de alemanes…
—¿…?
—¿A ustedes les
importa que nos veamos un poco más tarde y, mientras, yo resuelvo unos
problemillas de intendencia?
—¿…?
Horas más tarde,
nuestro equipo de redacción ha contratado los servicios de un equipo de
traducción compuesto por el camarero de uno de los bares del pueblo y un viejo
diccionario español-alemán / alemán-español. Así, retoman la entrevista:
—¿Qué les motivó a
matricularse en este curso?
—Vinimos a España con
la intención de ingresar por un mes en la clínica Buchinger de Marbella. Para
bajar unos kilitos, ya sabe… Pero, al llegar a una rotonda en construcción a
las afueras de Segovia, el GPS se volvió loco y no supo indicarnos la
continuación de la ruta. Suerte que, cuando llegamos a una gasolinera para
preguntar, nos encontramos con un cartel que anunciaba un curso de verano sobre
“movilización de masas”. Y nos quedamos.
—¿Y ese interés por
una temática tan compleja?
—El traductor digital
que lleva incorporado el GPS también se volvió loco y equiparó “movilización de
masas” con “reducción de masa corporal”, “aerobic” y términos similares, que
era lo que veníamos buscando a España…
—¿Y qué piensan hacer
ahora?
—En primer lugar,
pedir que nos devuelvan el dinero de la matrícula, por supuesto. Y después,
tenemos pensado preguntar por entre los alumnos de otros cursos si hay alguno
de Marbella que nos pueda llevar hasta allí…
3 comentarios:
Genial. ¿O debería decir una vieja genialidad?
¿No se le ocurrió pensar a tu vetusto corresponsal si entre los matriculados estaban un tal Casado y una tal Cifuentes? Tal vez fueran ellos pero camuflados entre sandalias y con calcetines hasta las pantorrillas...
¿A Málaga querían ir? ¿No era Alaurín?
Está claro, típicos lugares de corrupción
[Nos vemos a la vuelta de veinte días. Pues ya sabes en el monte no tengo Internet y como no empleo de esos teléfonos smartphone que por no llevar, en el bolsillo, nada que sea más inteligente que yo el asunto se me hace complejo]
En fin, lo dicho y al hecho pecho que una mariscada entre ídem y espalda a tu salud me zamparé...Salud
¡Que aproveche! ¡Salud!
Jajajajajajaja
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