Como marca la tradición, ya estamos metidos en pleno fregado de celebración de la festividad de Todos los Santos. Tradicionalmente, esta fecha se dedicaba a ir al cementerio a visitar a nuestros familiares ya fallecidos. Viendo las imágenes en televisión de los atascos en las salidas de las ciudades, parece que ahora se trata de huir de ellos…
En Estados Unidos, y por mimetismo ya en el resto del mundo, Todos los Santos se dice Halloween. Bueno, realmente se dice Jalogüín, pero si lo escribieran así parecería poco serio, ¿no?, como el nombre de la mascota de unos juegos olímpicos para estudiantes repetidores de párvulos.
“Hola, ¿tú quién eres?”
“Soy Jalogüín… Y me dedico a dar miedo a todo el mundo una vez al año… ¿y tú?”
“Yo soy IRPF, y me da a mí que lo mismo somos parientes…”
Porque Jalogüín, como bien sabemos, es el día en que la gente se disfraza de personajes que dan miedo: la Momia, Frankenstein, el conde Drácula, el conde Lecquio… Lo celebra todo el mundo salvo el Cortinglés, que aprovecha estos días para decorar los escaparates de todos sus centros comerciales con motivos navideños, que es otra manera de dar miedo…
¿Y cómo se celebra Jalogüín? En Estados Unidos los niños se disfrazan de brujas, de demonios, de zombis o de fantasmas y se dedican a ir de casa en casa preguntando “trick or treat?”, o sea, que si te sobra un tetra-brick. Tú les dices que no, en su lugar les das unas golosinas y se acabó. Fin de fiesta. Eso dicen que da miedo… Apasionante, ¿eh?
En cambio, en España le hemos sabido dar nuestro toque particular: tú coges a la bruja de tu suegra, a los demonios de tus hijos, al zombi de tu cuñado y al fantasma del primo de tu mujer, los montas en el coche y te pasas con ellos cinco horas intentando salir de un atasco para llegar a un sitio donde sólo hay gente de la misma calaña que tus acompañantes y con los que tendrás que convivir cuatro días seguidos antes de meterte en otro atasco igual que el anterior de regreso a casa… Esto sí que da miedo, joé…
A pesar de todo, yo ya he decidido que me voy de puente. Y me voy con todas sus consecuencias, cumpliendo con la tradición como mandan los cánones: ¡me llevo un tetra-brick!
En Estados Unidos, y por mimetismo ya en el resto del mundo, Todos los Santos se dice Halloween. Bueno, realmente se dice Jalogüín, pero si lo escribieran así parecería poco serio, ¿no?, como el nombre de la mascota de unos juegos olímpicos para estudiantes repetidores de párvulos.
“Hola, ¿tú quién eres?”
“Soy Jalogüín… Y me dedico a dar miedo a todo el mundo una vez al año… ¿y tú?”
“Yo soy IRPF, y me da a mí que lo mismo somos parientes…”
Porque Jalogüín, como bien sabemos, es el día en que la gente se disfraza de personajes que dan miedo: la Momia, Frankenstein, el conde Drácula, el conde Lecquio… Lo celebra todo el mundo salvo el Cortinglés, que aprovecha estos días para decorar los escaparates de todos sus centros comerciales con motivos navideños, que es otra manera de dar miedo…
¿Y cómo se celebra Jalogüín? En Estados Unidos los niños se disfrazan de brujas, de demonios, de zombis o de fantasmas y se dedican a ir de casa en casa preguntando “trick or treat?”, o sea, que si te sobra un tetra-brick. Tú les dices que no, en su lugar les das unas golosinas y se acabó. Fin de fiesta. Eso dicen que da miedo… Apasionante, ¿eh?
En cambio, en España le hemos sabido dar nuestro toque particular: tú coges a la bruja de tu suegra, a los demonios de tus hijos, al zombi de tu cuñado y al fantasma del primo de tu mujer, los montas en el coche y te pasas con ellos cinco horas intentando salir de un atasco para llegar a un sitio donde sólo hay gente de la misma calaña que tus acompañantes y con los que tendrás que convivir cuatro días seguidos antes de meterte en otro atasco igual que el anterior de regreso a casa… Esto sí que da miedo, joé…
A pesar de todo, yo ya he decidido que me voy de puente. Y me voy con todas sus consecuencias, cumpliendo con la tradición como mandan los cánones: ¡me llevo un tetra-brick!