18 diciembre 2009

Las competencias ni se crean ni se destruyen, sólo se traspasan


Junto a las rejas de cada jaula, en unos pequeños carteles cuidadosamente plastificados y clavados en el suelo, se especificaba con todo detalle el nombre, el alias, la procedencia y las características principales de la historia de cada especie enjaulada. Un mapa, que se entregaba justo a la entrada del recinto, aconsejaba el recorrido ideal para no perder detalle de todas las curiosidades y sorpresas que el parque ofrecía a sus visitantes. Numerosas tiendas exhibían grandes carteles con fotografías de las especies en distintas fases de su vida. Eran el souvenir más reclamado.

Cada temporada, los turistas aguardaban con infinita paciencia durante horas en largas colas a la espera de conseguir entrar en aquel moderno e innovador zoológico. Debido al éxito alcanzado, desde hacía unos meses ya se habían puesto a la venta abonos completos de temporada y pases familiares de fin de semana. Las revistas especializadas de todo el mundo se habían hecho eco del fenómeno y apostaban por que, en un futuro no demasiado lejano, cada país contaría con varios de estos singulares parques temáticos de propiedad estatal que tantos ingresos estaban generando.

Jamás sospecharon los responsables del Ministerio de Interior la gran aceptación que tendría su decisión, a raíz del desastre económico de la anterior legislatura, de traspasar las competencias de los centros penitenciarios al Ministerio de Turismo.

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7 comentarios:

Dyhego dijo...

No estaría mal poder visitar ese zoológico, pararnos en las jaulas de los etarras, los políticos corruptos y los asesinos, y preguntarles: ¿Por qué?

Anónimo dijo...

Muy buen relato,y una gran imaginación. Me imagino el futuro con gente enjaulada andando por las calles,con la jaula puesta. un beso normal,de los de toda la vida.loli.

ÁFRICA dijo...

En imaginación y sentido del humor te doy un notable alto.
Un placer coincidir en esta barra del bar.

Merce dijo...

A mí los zoos me dan mucha grima...

Food and Drugs dijo...

En realidad las cárceles ya son como los zoológicos, con la salvedad de que donde estaban los pandas se ponen cucarachas, y en el sitio de los babuinos, ratas. Lo malo es que para poder visitarlos solo hay que ser un gran pringao, incapaz de pagarse un buen abogado, y claro, de ahí las colas.
;-)

Más claro, agua dijo...

Dyhego, a los políticos tendrías antes que tirarles cacahuetes... ;-)

Loli, ¡¡¡no le des ideas a Agatha Ruiz de la Prada!!! :-)

África, muchas gracias!!! La próxima ronda la pago yo :-)

Más claro, agua dijo...

Merce, pues estos dan que pensar, ¿verdad?... :-)

Food, donde esté un buen abogado que se quiten las leyes, efectivamente :-)

Caminante, vas a tener que invitarnos a todos a cervezas si pretendes que te acompañemos por esos mundos de dios...