“Id adelantándoos vosotros, que en cuanto compre el
regalo os alcanzo”, les dijo.
Pero se le echó el tiempo encima: no logró
encontrar nada abierto y no pudo, por tanto, comprar nada. De esa forma, fueron
sólo tres los magos que se presentaron en Belén.
Dios, al enterarse de lo sucedido, se enojó tanto
que, como represalia, creó la tradición del “amigo invisible”.
12 comentarios:
Regalo, luego existo
No regalo, luego soy invisible
[Aunque tu chascarrillo es genial, hay en él una premisa (o dos) que no comparto. Pero me recuerda mucho a aquel que le dijo a su esposa que iba a comprar tabaco y que pusiera la cena. Desde entonces ella es feliz y soltera, según dicen ahora] :)´
Lo mismo el cuarto rey mago también anda buscando tabaco...
¿No sería un cuñado el invisible?
¡Qué cruz de cuña2!
Salu2 invisibles, Masclaro.
Mezclar conceptos como "cuñado" y "amigo invisible" puede traer consecuencias drásticas e irreparables...
Mientras haya agrupaciones como el Pp, no veo tan descabellada esa mezcla. Cosas peores se han visto
Sería el cuñado de los tres, el cuarto (personaje) oscuro; como Batman. Como todo cuñado que se precie.
[Personalmente, el cuarto, oscuro o trasero...del camello también, me resulta tan mítico como el quinto de los Beatles; el cuarto de los Tres Mosqueteros; las parejas de tres; las Señoritas de Avignon o el Trío de las Azores, donde hubo un cuarto luso. El Trío Calavera, etc.
Siempre me resultaron tan (poco) misteriosos como la Trinidad que era uno y trino (del verbo trinar, por lo del pájaro)
Caso diferente de Bud Spencer y Terence Hill que siendo binomio hacían por bastante más]
En fin, el asunto tiene bastante más miga de lo que imaginamos.
Y luego gente como Ortega y Gasset o Ramón y Cajal, que parecían varias personas pero no...
:)))´
Y el del medio de Los Chichos, qué eh....
Siempre hay un roto para otro Roto
¿Andy y Lucas son dos o uno?...
Bonita historia.
Ese amigo invisible que nunca da la cara..........y que te regala
algo que nunca puedes pedir el libro de reclamaciones...........ejjejeej
Sin duda, una maldición divina... :-)
Publicar un comentario