02 diciembre 2016

#BEERNES 14 - DÍAS DE MELODÍAS MELOSAS


El móvil ya no sonaba igual. Ni siquiera los tonos que diferenciaban la llamada de teléfono del mensaje o del whatsapp. Parecía un sonido como más triste, más apagado, más lacónico. Daba igual que eligiera otra opción del menú Ajustes – Sonidos y notificaciones – Melodía de sonidos. Ya podía ser el “Over the horizon” que aparece por defecto, el “Crossing a river”, el “Dance party” o cualquiera de las otras veinticinco melodías. Todas sonaban igual de grises, como si las corcheas hubieran perdido las ganas de vivir y las semicorcheas aún no estuvieran lo suficientemente preparadas como para sustituirlas en un trabajo de tanta responsabilidad.

Estuve consultando toda una tarde en Google por el posible origen del problema y no di con nada que se le pareciera. Tecleaba “melodías tristes móvil” y en el buscador me aparecían entradas que me ofrecían más melodías tristes para descargarme. También me proponía, como quinta opción, un enlace a la serie “Mar de plástico” de Antena 3, no me digas por qué, míralo tú mismo si no te lo crees…

Hice una consulta en Yahoo Respuestas y sólo recibí varios insultos y dos proposiciones para alegrarme el día firmadas por sendos nicks que no supe identificar como masculinos ni como femeninos.

Hice también la misma consulta en Forocoches y sólo recibí varios insultos y dos proposiciones para tunearme la moto firmadas por sendos nicks que tampoco supe identificar como masculinos ni como femeninos.

Probé de todo: aumentar la tarifa de datos a cuatro gigas, hacerme seguidor de El Mundo Today en la app de Twitter, ponerle una carcasa con una ilustración de Moderna de Pueblo… Nada daba resultado.

Anoche me desperté sobresaltado. Había tenido una visión (llámalo visión, llámalo pesadilla). Me puse las gafas, cogí el móvil de la mesilla, entré en Whatsapp – Contactos, busqué en el listado el nombre de mi cuñado (más concretamente, “Cuñado Cabr**”) y le bloqueé. Sin miramientos ni explicaciones previas. No eran horas. Desde entonces, no sólo el móvil ha vuelto a recuperar su tono jovial de siempre, sino que ahora me resulta agradable hasta el ruido de un portazo.

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Los cuñados, es que estropean todo lo que tocan...
¡Qué cruz! (y no la tuya...)

Más claro, agua dijo...

Una gota malaya es lo que son... Bendita sequía... ;-)