Y llegó el gran día… La gran noche, quiero decir…
No tenía dinero para pagar al taxista que me llevó hasta el Palau de Congresos, donde se celebraba la entrega del premio… Y tampoco pude convencerlo de que, una vez ganado éste, podría pagarle con creces la carrera… No me quedó más remedio que salir corriendo del taxi…
En la entrada, un armario empotrado con pinganillo en la oreja me preguntó:
-¿Usted quién es?...
-Yo es que vengo con pseudónimo-, respondí…
-Ya, el viejo truco… ¿Usted quién es?-, insistió.
-Soy Pedro J. Ramírez…
-Ya… ¿Y los tirantes?...
-Ehhh... Los tiene Ágatha, que me los está tuneando…
-En ese caso, le acompaño en el sentimiento… Pase.
Mi nombre… Bueno, mi pseudónimo figuraba en la lista de una de las mesas más alejadas de la Presidencia, lo que me hizo sospechar, con meridiana claridad, que no me iban a dar el premio. Retransmitiéndose en directo, y sabiendo que en televisión el tiempo es oro, deduje que la gloria de los 601.000 euros recaería en Eduardo Mendoza o en Carmen Amoraga, que estaban sentados mucho más cerca que yo.
Y así fue.
Después de mucho deliberar el jurado (al menos, así lo vendieron), la pasta gansa, la escultura prescindible y la promoción de seis meses por todos los Cortingleses del suelo patrio fueron para mi tocayo.
Yo, entre el alcohol y los nervios, no me estaba enterando de nada de lo que estaba diciendo Carmen Posadas, pero cuando empezó a leer “Eduardo…” pegué un salto y empecé a entonar el “We are the champions”, agitando al aire la servilleta. El mastodóntico portador del pinganillo se vino hacia mí y me dijo:
-Pedro J., ¿qué haces? Si no has ganado…
Miré al escenario y mi tocayo ya estaba hablando sobre una riña de gatos que sucede en Madrid antes de la Guerra Civil.
-¡Pero si es mi jefe!, exclamé abrazando al pinganillero…
-Pedro J., ¿estás bien?, me preguntó asustado…
Entonces, secuestrando una botella de cava de una mesa cercana, me fui con él hacia un rincón y, mientras los flashes provocaban destellos en el sudor de la frente de Montilla, le conté que, hacía ya tiempo, Eduardo Mendoza me encargó que le escribiera una novela, que él andaba desganado. Yo me inspiré en las andanzas de mi cuñado a su llegada a la gran ciudad y la titulé “Sin noticias de Gurb”. Lo demás, añadí, ya es conocido…
La noche terminó ayer domingo por la mañana. Se rumorea que hay fotos mías con las miembros del jurado Ángeles Caso y Carmen Posadas bañándonos en Canaletas y gritando “¡Pío, pío, pío…Pa’ Jurado, la Rocío!”… Ellas no han hecho declaración alguna al respecto… Y yo soy un caballero…
No tenía dinero para pagar al taxista que me llevó hasta el Palau de Congresos, donde se celebraba la entrega del premio… Y tampoco pude convencerlo de que, una vez ganado éste, podría pagarle con creces la carrera… No me quedó más remedio que salir corriendo del taxi…
En la entrada, un armario empotrado con pinganillo en la oreja me preguntó:
-¿Usted quién es?...
-Yo es que vengo con pseudónimo-, respondí…
-Ya, el viejo truco… ¿Usted quién es?-, insistió.
-Soy Pedro J. Ramírez…
-Ya… ¿Y los tirantes?...
-Ehhh... Los tiene Ágatha, que me los está tuneando…
-En ese caso, le acompaño en el sentimiento… Pase.
Mi nombre… Bueno, mi pseudónimo figuraba en la lista de una de las mesas más alejadas de la Presidencia, lo que me hizo sospechar, con meridiana claridad, que no me iban a dar el premio. Retransmitiéndose en directo, y sabiendo que en televisión el tiempo es oro, deduje que la gloria de los 601.000 euros recaería en Eduardo Mendoza o en Carmen Amoraga, que estaban sentados mucho más cerca que yo.
Y así fue.
Después de mucho deliberar el jurado (al menos, así lo vendieron), la pasta gansa, la escultura prescindible y la promoción de seis meses por todos los Cortingleses del suelo patrio fueron para mi tocayo.
Yo, entre el alcohol y los nervios, no me estaba enterando de nada de lo que estaba diciendo Carmen Posadas, pero cuando empezó a leer “Eduardo…” pegué un salto y empecé a entonar el “We are the champions”, agitando al aire la servilleta. El mastodóntico portador del pinganillo se vino hacia mí y me dijo:
-Pedro J., ¿qué haces? Si no has ganado…
Miré al escenario y mi tocayo ya estaba hablando sobre una riña de gatos que sucede en Madrid antes de la Guerra Civil.
-¡Pero si es mi jefe!, exclamé abrazando al pinganillero…
-Pedro J., ¿estás bien?, me preguntó asustado…
Entonces, secuestrando una botella de cava de una mesa cercana, me fui con él hacia un rincón y, mientras los flashes provocaban destellos en el sudor de la frente de Montilla, le conté que, hacía ya tiempo, Eduardo Mendoza me encargó que le escribiera una novela, que él andaba desganado. Yo me inspiré en las andanzas de mi cuñado a su llegada a la gran ciudad y la titulé “Sin noticias de Gurb”. Lo demás, añadí, ya es conocido…
La noche terminó ayer domingo por la mañana. Se rumorea que hay fotos mías con las miembros del jurado Ángeles Caso y Carmen Posadas bañándonos en Canaletas y gritando “¡Pío, pío, pío…Pa’ Jurado, la Rocío!”… Ellas no han hecho declaración alguna al respecto… Y yo soy un caballero…
20 comentarios:
Para mí, eres el campeón. Yo estuve celebrando tu triunfo el sábado noche. Lo recuerdo muy bien: los ojos entornados, la mente sucia de Cruzcampo, pipermín y tabaco rubio y una mirada celestial propia de aquel que no se entera de quienes están a su lado; las habladurías sobre el ganador me revolvieron el saco pancreático y no tuve más remedio que quedar mal. El año que viene, es el tuyo. (A. Jarraquemada).
Vale, eres un caballero. Pero cuéntalo, hombre!!!
MÁS CLARO:
Ten paciencia, hombre. Eres muy joven todavía para ganar el Planeta... Todo llegará. Y además, ¿para qué quieres tanto dinero si luego lo dilapidarías todo nada más que en invitarnos a unas birras?
Por cierto, ¿por qué no le preguntaste al Molt Excèl Montilla qué hacía en un acto tan asquerosa y horriblemente españolista como un premio a una novela escrita en un idioma tan infecto y odioso como el español?
Salu2 anticatetos
Con quien he de acostarme para que el año que viene te lo den o a quién hay que matar? estoy a tus órdenes mi comandante.La loli.
Mala cosa esto de los premios. Alegras a uno y cabreas al resto. A ver cuando inventan algo más humanitario.
;-)
Jo, nunca pensé que esto de la entrega de Premio Planeta sería algo tan divertido: con seguratas que te permiten ser lo que tu quieras (incluso el inimitable Pedro J.), con vueltas de servilletas como en las bodas (¿se entonó eso de "el Mendoza, el Mendoza, el Mendoza es cojonudo, comooo el Mendoza, no hay ningunooo"?) y con fin de fiesta de borrachera total.
Como diría el lobo de Caperucita, "joder lo que ha cambiado el cuento".
Me gusta pensar que fue así a como me lo imagino en realidad.
Una crónica genial, Eduardo. Me gusta mucho el blog.
Saludos.
bueno.....que fuistes a disfrutar y lo hicistes.......lo de menos era ganar....jajajaajaj
(eso es lo que siempre se dice)
tu sigue asi que vas bien.....ganar ya vendra..
un abrazo...........agur
Buenísimo...Me encantan tus crónicas...deberías hacerlas un libro. Sin noticias de Másclaro
Lo importante es participar, NO?
Además, tú, al tener a tu lado a Agatha, ya has ganado, no?
Jarraquemada, di que sí. Lo primero es celebrar. Luego ya se verá el qué ;-)
santos, mis labios están sellados... salvo para beber cerveza ;-)
Dyjego, con lo que sudaba, cualquiera se acercaba al Montilla... ;-)
Loli, acuéstate con quien gustes. Para matar, a mi cuñado, claro :-)
Food, nada más humanitario que una ronda de cervezas para todos! ;-)
Severinne, la vida se ve más divertida a través del cristal de un botellín de cerveza ;-)
Mari Luz, muchas gracias. Seguiremos intentándolo ;-)
Lola, muchas gracias. Le preguntaré a mi negro (Vila-Matas) si me lo puede tener escrito a tiempo para el Planeta del año que viene ;-)
Josito, gano en colores, sí... ;-D
Yo creo que este premio también está cubierto de mierda (es lo que hay que decir ¿no?). Al menos, hasta cuando lo ganes el año que viene
Besos
La Posadas se equivocó. Fijo. Acertó con el nombre, pero se hizo un lío con el apellido porque le sonaba un poco más. Como cuando quieres nombrar a la protagonista de El Orfanato y dices, sin rubor, Belén Esteban...
Besines :)
(Palabra de verificación: mogitoc. Me parece un poco temprano para empezar, pero con el día que me queda en la oficina, vale, ponme uno :P)
Alis, el año que viene estará lleno de cerveza ;-)
Ana, es la primera vez que me comparan con Belén Esteban... y me gusta :-DDD Marchando ese mogitoc!!! Besines!
EStos del planeta estaban de vacaciones en algún satélite... vamos no dártelo a ti...
Merce, lo sé, es injusto. Y humillante que me hicieran devolver la cubertería de plata que quise llevarme de recuerdo...
;-)
Brindé con Pálido y en compañía de Los Planetas por el triunfo del equipo rojillo. Salud, rock & ron.
Rufer, no esperaba menos de ti ;-)
Eres muy suave con una corrupción como la del Premio Planeta. Se hace publicidad engañosa y se embauca al gran público.
Mira esto en Lector Iracundo: Eduardo Mendoza se estrella contra el Planeta..
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