Se ha muerto otro vecino. El del tercero derecha.
No es normal que en tan poco tiempo fallezca y, por
tanto, deje de pagar la contribución mensual de la comunidad, tanta gente…
Mi cuñado sostiene que lo mismo que hay edificios
que padecen de aluminosis, el nuestro está señalado por la necrónosis, que no
tengo ganas de levantarme para consultar el diccionario pero que estoy
convencido de que es un término que se ha inventado después de ingerir varios
gintonics, efectivamente, de mi mueble bar. A él le encanta decir que el hecho
de que la gente mayor se muera “es algo lógico, necro-lógico”. Y luego se parte
de risa como si en vez de en el tanatorio estuviese en el escenario de El Club
de la Comedia…
El caso es que en mi edificio se ha muerto ya
demasiada gente en poco tiempo. Entre los asesinatos, los infartos, las muertes
súbitas y los presuntos suicidios ya no saben ni los repartidores de publicidad
a qué piso llamar para que les abran la puerta…
¿Y la policía?… Están barajando la posibilidad de
poner una comisaría directamente en el ascensor…
Ya somos todos sospechosos. Estamos pendientes de
declarar. Seguiremos informando.
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