Cuando Eduardo Cruz se
despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama
convertido en un personaje de una columna de Juan José Millás.
A su alrededor, todo era estrecho y largo, ordenado en breves renglones
que contenían en total no más de trescientas palabras. Si se asomaba
tímidamente por uno de los márgenes, veía a su alrededor una panorámica completa
de la contraportada del diario El País. Y justo enfrente, la mirada atenta de
un lector en la soleada terraza de un bar especializado en desayunos.
“¿Qué me ha ocurrido?”, pensó.
No era un sueño. El olor a tinta fresca del periódico era demasiado
real, así como el de los churros del desayuno del lector.
"¿Qué pasaría —pensó— si durmiese un poco más y olvidase todas las
chifladuras?”
Pero esto era algo
absolutamente imposible debido al continuo movimiento y ruido que producía el
lector al pasar las páginas del periódico.
Barajó la posibilidad
de saltar al vacío y abandonar la columna. Total, el lector había comenzado el
periódico por su contraportada, estaba ya concentrado en la página de deportes
y, seguramente, no notaría la diferencia. Además, a estas alturas, ¿a quién le
importaba una columna de opinión sin personaje principal? En el peor de los
casos, lo tomarían como uno de esos experimentos literarios que tanto le gusta publicar
a Millás.
“¿Pero qué ocurrirá
cuando termine el día y salga la edición del sábado del periódico?
¿Desapareceré? ¿Me convertiré en un personaje de la columna de opinión de
Vila-Matas?”, pensó.
Consciente de que
nada ya dependía de él, se limitó a disfrutar de su inesperado protagonismo.
Miró hacia arriba, para leer el título de su columna, y sonrió. Escrito en
letras negritas, ponía: Beernes.
6 comentarios:
Desconozco qué relación hay, si la hubiere, entre tanta línea y renglón pero está claro que cuando Unamuno venció en aquella mítica batalla al del ojo tuerto no sólo construía su propia niebla, además dejaría perplejo y constante que los fines de semana son mejores si se descansa.
Como un neonívola desenvuelves tu Beernes y dejas claro, o más que el agua, que quién parece ser lector de ese periódico sea muy, pero que muy macho. Y como para dar la nota ya me tienes a mí, me antepongo y digo que no todos los lectores nos paramos en las páginas de deporte ──aunque luego dediquemos horas de los días a múltiples disciplinas deportivas poco convencionales; disciplinas incluidas, qué más da, claro...──
Francamente (aunque esta palabreja no sea de mi agrado) debes descansar los fines y yo también pues las horas de sueño son cortas y en tan poco espacio temporal se suceden cosas o causas que muchas veces son de titularidad cuasirreal y rayan anhelos y vigilas imposibles pero no irrealizables; al alcance de tus manos.
Cuando escalo alguna áspera rampa de granito o voy velocípedo abajo por una cuesta observo a otros que con mayor destreza comparten el mismo techo de bóveda azul durante el día y oscuro si es de noche, para los que el devenir futuro pasa según qué control dispongamos de cada nuevo minuto próximo y se retuerza o bien bajo nuestros gatos qué apoyando sobre procesos de metamorfismo plutónico; o sin querer, tragando, muchas veces, cuantas larvas volantes nos entran por la boca cuando embocas cuesta abajo y a gran velocidad la que en plena metamorfosis hubiere sido insecto volante sin remedio y en nosotros se les escupe la vida...a renglón seguido, pues ahí radica la diferencia aunque, de raíz, el vocablo, pudieran parecer lo mismo.
Cosas qué pasan, como en tus sueños
Entón deica
Saúde, maese :)´
Ser una columna de Juan José Millás, no es moco de pavo. Ya quisiéramos muchos. Permiteme una pregunta, me temo que indiscreta: ¿cuantas"cruzcampos" habías ingerido?
Es por probar, si la cantidad es asequible.
Un abrazo.
:))))´
Ahí le has dado, Juan
Juan, que yo sepa, no suelo beber dormido... ;-)
:)))´
Ahí les has dado, Cruz
Pero muchos sueños podrían tener un componente, musical, de Beernes
Algo que, más claro está, pudiera ser deducido de las palabras de Juan
¿Y a todo esto, qué pinto (o pinta) en todo esto si yo llevo el sueño atrasado y es mi fase REM quien os escribe?
¿Por cierto, conocéis un psiquiátrico cercano que me pille de paso?
Ahí lo dejo
Me tranquiliza comprobar que no soy yo el que está peor de la cabeza... :-D
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