24 mayo 2011

Microrrelato Express #97



El niño se quejaba de que aquel tubo de pegamento no funcionaba. Su padre, en el baño, cepillo en mano, era incapaz de separar los labios.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lógico, todo esto me pasa por no dormir, por pasarme la noche bebiendo y fumando. Uno ya está mayor y tiene quemado gran parte de las papilas gustativas y del olfato. Y qué le voy a hacer si ya no huelo nada de nada de nada. Pués eso, fastidiarme. Yo creo que si derramo un poco de Cruzcampo por la comisura pueda disolver el pegamento. Ya no salgo más, me hago eremita. (A. Jarraquemada).

Dyhego dijo...

MÁS CLARO:
Un dentífrico de esos se lo regalaba yo a los políticos... (y a los cuñados).
Salu2.

Merce dijo...

Jajajajaja

Food and Drugs dijo...

Menos mal que no lo confundió con el del hemoal.
;-)

SARABEL dijo...

con los niños cualquier cosa!!!!!

Más claro, agua dijo...

Jarra, y si no se disuelve, siempre podrás inyectartela en vena...

Dyhego, los cuñados requieren acciones todavía más contundentes... :-)

Merce, ;-)))

Food, en boca cerrada no entran almorranas... :-)

Mari Luz, cualquier cosa... ¡o peor! :-)))

SARABEL dijo...

yo siempre lo digo...........nunca te fies ni de los borrachos ni de los niños................jajjjaajjajajja

porque la montan a la primera de cambio..........jajajajja