Desde
que leí su primera novela, Sed de champán, quise escribir como
él. Aún no lo he conseguido, obviamente, pero es un honor que ejerza de padrino
de Morir es relativo y que nos dedique un texto como este, que ilustra la
contraportada del libro:
“Al igual que ocurre con
Ortega y Gasset, con Ramón y Cajal o con Víctor y Ana, estos dos tíos –Baquero
y Acillona- van juntos, de tal manera que no se puede pensar en uno sin que, de
inmediato, venga a la cabeza el otro. A la cabeza o al pecho pues estos tíos
son de partirse la caja de risa.
Ahora se han juntado para
hacernos reír con su literatura y eso es algo de agradecer pues el humor
escrito es cosa seria y muy difícil. Lo más difícil del mundo. Detrás de cada
carcajada está el dolor, pues la risa no es más que una defensa ante el mundo
hostil que nos rodea.
Pues eso, que si quieren
echarse unas risas, pasen y lean a esta pareja”.
Fdo.:
Montero Glez