04 noviembre 2015

Yo lo he visto... (105)


Cuando descolgué aquella antigualla, no daba señal de tono sino de NO-DO. Marqué el número 700, el que se suponía que era el “Solutions Center”, y una voz de ultratumba contestó al otro lado de la línea: “El número al que llama está apagado o fuera de cobertura”.

Bajé a recepción. Pedí el libro de reclamaciones. El recepcionista, a quien me pareció haber visto antes en una película haciendo de cochero del conde Drácula, me miró fijamente y me dijo: “Libro… Qué antigüedad… Aquí tenemos e-book…”

Necesitaba una copa. Me fui al bar del hotel. Un negro tocaba un piano blanco. En la barra, justo a mi lado, había un teléfono idéntico al de mi habitación. Incluso tenía la misma pegatina. De repente, sonó. El camarero, sin mudar el gesto, me dijo: “Descuelgue. Es para usted…”

Descolgué. La misma voz de ultratumba de antes dijo: “Cuando atrasamos la cosecha, los frutos se pudren, pero cuando atrasamos los problemas, no paran de crecer”.


Miré al camarero con cara de absoluta incredulidad. Agachando la cabeza y apesadumbrado, susurró: “Sí, es Paulo Coelho. No debió usted marcar ese número. Ahora, le perseguirá de por vida…”

6 comentarios:

d:D´ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
d:D´ dijo...

Entraste en un síNODO vicioso y cíclico, el fin está cerca.
Es lo que se deduce de tu primer renglón, antes de 700...
Ojo con lo que lees, escuchas y ves; cualquier día te veo rodeado
de fieles...difuntos; en la noche de cruceiros amarrado a uno de ellos
mientras A Compaña, a la que verás pasar con ojos desorbitados,
te mira con recelo y muchas ganas al estar a salvo, pegado y subido a ese mítico símbolo de perpiaño. Qué cruz, qué cruz

Cruces de pedra, a tiro quilómetros, a carreiriña dun can, animal fero.
O setecentos, 700, o númaro do animal despois da besta: Bingo. Pouco despois do seiscentos, 600, aquel utilitario co que percorrer estradas e pistas nas noites máis tolas


Entraste por mor de roñosa humildad, la próxima no olvides tu celular
Tomándote un aguardiente se comprende mejor el entono y los pasos telefónicos se resuelven sencillamente solos...
En una mano agua de fuego, en la otra cerveza que te alivie el mal trago.
Son los complejos mundos la ironía onírica. Puro estilo chirico que si bien arruga lo más bello, te puede dejar planchado; cómo al sastre Domínguez, Adolfo.
Cuídese, cuídese y hable con él; no pierda cuidado. :)))´
:))´:))´ :))´

Más claro, agua dijo...

Bilingüe lengua viperina y vespertina de fuego… ;-)

d:D´ dijo...

No me tiente, estoy qué muerdo :)))´

Tracy dijo...

Hotel de contrastes, jejejejeje

Más claro, agua dijo...

¿Hotel, dulce hotel?... ;-)