Me vienen a la cabeza recuerdos imborrables: (Por aquel desierto, la chicharra, el calor, un *sol de justicia...) Qué bueno es el verano en Sevilla, o en Écija, en agosto
Desde sierra Morena hacia Cabra, Priego, días caminando, mochila de arnés de aluminio, media botella de agua, un pañuelo anudado a la cabeza, una catalana en la mano, en la otra un espejismo...Cazalla, 40º grados ...qué aguardiente...hummm Y al llegar a una cantina, dije: ──Vengo seco, ponme un güisqui El tabernero se quedó mudo y me sirvió ídem y un vaso de agua, por si las moscas, o para rebajarla ¿O realmente era por las moscas? Qué infierno
Aquel año, mis parientes, me apodaron el negro; al año siguiente ya no. Menos mal que hay síntomas que son pasajeros, como el sarampión y al pasar (de) la barca
Hablando de pasajeros. De regreso a casa, a Madrí, en el expreso-correo de mediodía; aquel desconocido compañero sudoroso de asiento que ocupaba el suyo y la mitad del otro...Las ventanillas bloqueadas, el vagón de fumadores, la chavalería corriendo por el pasillo, el niño de pecho con el llanto en el cielo por la dentición incipiente... El regreso en aquel expreso infernal lo hice tumbado sobre la mochila entre ambos vagones,pero a pesar de llegar baldado logré mantener la cordura...Aunque pienso que, desde entonces, algo me afectó para siempre... Nunca volví a ser el mismo, nunca volví por allí
Fin
[*la única justicia que hay en este país; la otra, una mierda...]
5 comentarios:
Un infierno con ruedas y con todos sus accesorios...
:)))´
Está que arde de alegría...
Nada como el calor de un padre
[y yo me froto las manos para calentarlas jeje]
[Eso es pasión de padre, lo demás un viacrucis]
El calor del hogar... ;-)
Con la respuesta de Dyhego me acordé de:
...Esa niña sería como el diablo sobre ruedas...
Me vienen a la cabeza recuerdos imborrables:
(Por aquel desierto, la chicharra, el calor, un *sol de justicia...)
Qué bueno es el verano en Sevilla, o en Écija, en agosto
Desde sierra Morena hacia Cabra, Priego, días caminando, mochila de arnés de aluminio, media botella de agua, un pañuelo anudado a la cabeza, una catalana en la mano, en la otra un espejismo...Cazalla, 40º grados ...qué aguardiente...hummm
Y al llegar a una cantina, dije: ──Vengo seco, ponme un güisqui
El tabernero se quedó mudo y me sirvió ídem y un vaso de agua, por si las moscas, o para rebajarla ¿O realmente era por las moscas?
Qué infierno
Aquel año, mis parientes, me apodaron el negro; al año siguiente ya no.
Menos mal que hay síntomas que son pasajeros, como el sarampión y al pasar (de) la barca
Hablando de pasajeros. De regreso a casa, a Madrí, en el expreso-correo de mediodía; aquel desconocido compañero sudoroso de asiento que ocupaba el suyo y la mitad del otro...Las ventanillas bloqueadas, el vagón de fumadores, la chavalería corriendo por el pasillo, el niño de pecho con el llanto en el cielo por la dentición incipiente...
El regreso en aquel expreso infernal lo hice tumbado sobre la mochila entre ambos vagones,pero a pesar de llegar baldado logré mantener la cordura...Aunque pienso que, desde entonces, algo me afectó para siempre...
Nunca volví a ser el mismo, nunca volví por allí
Fin
[*la única justicia que hay en este país; la otra, una mierda...]
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