28 febrero 2018

28 de febrero


6 comentarios:

d:D´ dijo...

Qué pronto pasa una costumbre a tradición y por medio anquilosada en la sociedad se la defiende como si llevara dos mil años o algo más. Así ocurre con muchas cosas y causas que aunque mentira repetida hasta la saciedad se impone fraudulenta y parásitariamente como verdad irrefutable, consiguiendo con ellos desde centenas a miles de millones de seguidores. Es la precursora que asienta la semilla de la esquizofrenia en la mente de tantos adoradores de ídolos de escayola vendiendo bienestar inaudito en un más allá irrealizable e hipotecando a futuro una inexistencia imposible; salvo, claro está, para aquellos que comercian con los sentimientos ajenos basados en la debilidad humana motivada por las sensaciones de desamparo y temores propios de educaciones opresoras que no sólo infunden más sospechas, también las repiten y confirman hasta hacerlas creíbles. Sólo la actitud crítica, sospechosamente libre del alineamiento de poderes gubernamentales, político-religioso, buscará acomodo para vivir de modo sano sin ser infestado por tan extendida enfermedad mental...
Así, la peseta pasa de un pasado reciente a antigua sin levantar sospechas
En fin, líbranos de todo mal
Qué Cruz :|´

Más claro, agua dijo...

Aún así, a fecha de hoy, nos siguen vendiendo duros a cuatro pesetas... ;-)

Dyhego dijo...

¡Cómo si hubiese pesetas nuevas!
Salu2.

Más claro, agua dijo...

Sacto!

jfbmurcia dijo...

Las rubias, los duros, a mi me gustaban las grandes de diez duros. Saludos.

d:D´ dijo...

¡Caracoles, qué duro! Y se repite diez veces...más que Clint Eastwood
¡Repámpanos, qué duro!
¡Cáspita, qué duro!
¡La leche, qué duro!
¡Voto a Bríos, qué duro!
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