23 febrero 2018

#BEERNES 59 - EL GORDO Y EL FLACO



A Forges, eternamente agradecido. Gracias, maestro.

Doscientos heridos, ciento veinte contusionados y más de treinta personas ingresadas en Urgencias en estado de enajenación mental es el balance provisional tras los altercados producidos al inicio de la primera sesión del ciclo Los Mejores Diálogos de “El Gordo y El Flaco”.

Según testigos presenciales, la batalla campal desencadenada ayer en la sala principal del Cine K tuvo como origen la aparición en pantalla de dos críticos de arte en vez de los esperados Laurel y Hardy.

En la proyección, los dos críticos se presentaban como admiradores de las obras de Fernando Botero y Alberto Giacometti, respectivamente, e ironizaban, en su primer diálogo, sobre la falta de criterio estético en la elección de las formas en Modigliani:

—Es un quiero y no puedo eso de pintar gordos alargados…

—Parecen caricaturas de El Greco…

Al grito de “¡El color mató al cine en blanco y negro!”, un grupo de alterados cinéfilos comenzó a arrojar contra la pantalla botes de pintura blanca y negra. A ellos se unió otro grupo que gritaba “¡La palabra mató al cine mudo!” y lanzaba al aire tomos del María Moliner con las páginas arrancadas. En medio del caos, también mezclados entre los asistentes, una docena de monologuistas improvisaban chistes sobre los acomodadores en los cines X y dos ancianos disfrazados de Harold Lloyd intentaban quemarse a lo bonzo el uno al otro persiguiéndose por toda la sala.

Hasta la llegada de la policía, tan sólo un joven bibliotecario trató de imponer la calma y el silencio pero, a la vista de su escaso éxito, aprovechó la confusión para subir al escenario y apuntar unos pasos de baile del número central del musical “Billy Elliot”.

Mientras tanto, en la última fila del cine, ajenos a la algarada, una pareja de enamorados comentaban embelesados la lista de conservantes de su bolsa de palomitas.

Al cierre de esta edición, fuentes oficiales admitían que estaban barajando la posibilidad de convertir los Cines K en una nueva sede del Museo Guggenheim aprovechando el estado de absoluta deformación en que habían quedado las estructuras del edificio.

4 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

Merecido y brillante homenaje, como se merece el genial periodista, que nos deja un poco huérfanos de humor y sensatez.
¿Que será de sus Blasillos, o lo que es lo mismo, que será de nosotros sin su necesaria lucidez?
Un abrazo.

Más claro, agua dijo...

Era un visionario, por lo que no pasaría nada si empiezan a reeditar sus viñetas de hace veinte años. Serían de vigente actualidad, seguro. Porque no aprendemos. Y mira que con maestros como Forges lo tenemos fácil...

jfbmurcia dijo...

Menudo pifostio. ¿Se acepta pifostio? Saludos.

Más claro, agua dijo...

Pifostio es un gran palabro. Y tremendamente gráfico. ¡Bravo!