“No sabía nada”, le
dije a la viuda cuando vi la esquela en el portal. “Fue algo repentino”, me
contestó. “Ayer se levantó más animado de lo normal, se afeitó, se duchó, se
puso su mejor traje y, cuando iba a salir de casa, recibió una llamada en el
móvil. Él no sabía que yo estaba escuchando. Mencionó la palabra ‘cari’ para
dirigirse a la persona con quien hablaba, le dijo que ya iba para allá y acabó
despidiéndose con un ‘yo también’. Cuando iba a salir de casa, tropezó y se dio
un fuerte golpe en la cabeza. Ya no se levantó”.
“¿Y usted nunca antes
sospechó que su marido podía tener una amante?”, le pregunté. “Yo no sabía
nada. Y él se tropezó al ir al salir…”
3 comentarios:
¿Que no sabía?=. !!! Más lista que el hambre!!!.
Saludos.
Nadie sabe nada...
¿Y por qué "una" amante?
No se especifica el sexo en la conversación, y tampoco se puede intuir de ella.
¿Por qué el "detective" emite "una amante" cómo juicio de valor, hoy en día?
Mirad, más golpes da el hambre y no por ello se han muerto de golpe y porrazo.
Pero, una cosa está clara; una mujer podrá luchar siempre contra "una amante",
pero contra quien no podrá luchar nunca es contra "un amante"
Y en caso contrario lo mismo si fuera ella la que tuviera "una amante"
Hay luchas perdidas...
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