Yo lo aviso desde ya para que luego nadie se llame a engaños y me acuse de ocultismo, oscurantismo o como se diga: mi cuñado tiene el firme propósito de presentar su candidatura a la presidencia de la CEOE. ¡Hala!, ya lo he dicho.
El caso es que él se ve con currículum empresarial suficiente como para optar al cargo. A saber:
Durante un verano en la Costa Brava, y viendo que yo me volvía cada vez más reacio a prestarle dinero, restauró una de las barcas que había abandonadas en el puerto y montó una empresa (?) de “paseos en barca por la costa”. Al cacharro flotante lo bautizó “Los dos cuñados” con la intención de que yo participara en su negocio. “No tendrás que poner ni un euro”, me dijo. “Tan sólo tendrás que encargarte de remar”…
No sólo se quedó, desde el primer momento, sin remero sino que el negocio empeoró cuando, cegado por su afición al deporte rey, incluyó en la quilla de la barca el escudo del Real Madrid. En plena Costa Brava. Entonces se quedó sin las tres cuartas partes de sus clientes potenciales, todos ellos catalanes.
Lejos de amilanarse, compró una botella del cava más barato que encontró en el supermercado para la botadura. Y se lo bebió antes porque le parecía mal desperdiciar aquel espumoso para un simple ritual de inauguración. El golpe de la botella contra la quilla partió ésta en dos y dejó la barca inutilizada para los restos. Fin del proyecto empresarial.
A la vuelta de vacaciones, decidió meterse de lleno en el mundo de la Comunicación. Se presentó a un concurso de concesión de kioscos de prensa e, incomprensiblemente, el Ayuntamiento le adjudicó uno.
Lo llamó “Los cuñaos” con la intención de que yo participara en su negocio. “No tendrás que poner ni un euro”, me volvió a decir. “Tan sólo tendrás que sustituirme a mí aquí los fines de semana”.
No sólo se quedó, desde el primer momento, sin kiosquero suplente sino que el negocio empeoró cuando empezó a vender aparte todos los coleccionables que regalaban los periódicos. Una señora que estaba intentado completar una casa de muñecas de tres pisos le denunció. Fin del proyecto empresarial.
De todo esto hace ya cuatro años. “Si Díaz Ferrán pudo, yo también”, es su lema. Miedo me da que lo consiga…
¡Feliz Halloween!
(La primera foto es de mi amigo Landa. La segunda foto es mía y corresponde a una de las 50.000 bolsas de plástico que mi cuñado encargó serigrafiar y que yo utilizo desde entonces para la basura. El número de teléfono está tachado porque el mamón de él puso el de mi domicilio particular).