18 junio 2012

Peces de colores






No sé quién inventó los viernes… Y en la Wikipedia no me viene nada… Pero creo que fue Confucio quien dijo que, de no ser por el sábado y el domingo, se nos jodía el fin de semana…


El caso es que alguien decidió este año que la cena de entrega del Premio de Novela Ateneo de Sevilla se celebrara en viernes. El pasado viernes, para ser más exactos… Y como no tengo a mano el móvil de Confucio, felicito a Oscar Oliveira (jefe de prensa de Algaida Editores, patrocinadores del evento) por habernos puesto en tamaña bandeja el fin de semana.

La cosa empezó con una María Zaragoza ejerciendo de maestra de ceremonias espectacular: guapa, elegante y portando con modestia el ruidoso éxito de ventas de su “Los alemanes se vuelan la cabeza por amor”. Y nosotros, sus amigos, todos pendientes de que no olvidara llamar “Doctor” al personaje de bigote dórico-jónico que la guardaespaldaba, excelso (¿o era “exceso”?) Secretario del Ateneo, para que éste no se enfadara. La pobre María acabó con un tobillo malherido por una traición de última hora del tacón de su zapato…

La cosa siguió con el mencionado “Doctor” pronunciando una frase que bien podría ser el comienzo de la novela ganadora del año que viene: “El ruido de los platos, por favor, reclamo que se pare al momento”. Ya me estoy imaginando el título… “Silencio fingido”…

Y la cosa terminó entre un número variable de peces de colores. No por culpa de las drogas ingeridas, asunto en el que no entraremos por respeto a la presencia en el acto de tan doctos como antiguos ateneístas, sino por mor de los caprichos del propio ganador del premio, que dio en titular su novela como “Los peces de colores”, se refirió a ella después como “Cuatro peces azules” y la prensa escrita lo reseñó al día siguiente como “Seis peces azules”.

Dicho ganador responde al nombre de David Tejera, un periodista al que muchos identificarán como reportero en CNN+, Cuatro y, últimamente, T5; y otros recordamos como ganador del Premio Ateneo Joven de hace diez años con la novela “La senda de los locos”.

En el escenario, frente a los aplausos, le acompañó Fernando Otero, ganador del Ateneo Joven con “Donde la muerte te encuentre”, una novela en la que Che Guevara, si no protagonista, es fondo de escenario principal.

Después, y con la venia del Doctor, que acabó sudando hasta por unos poros de la piel de los que él mismo desconocía su existencia, las puertas de los Reales Alcázares de Sevilla se abrieron para dar salida a la imaginación y a las licencias poéticas…

Allá fuimos: a rendir pleitesía profana a los cielos sevillanos deslumbrados por el Touche Éclat en la mirada de la Giralda, a sacar a pasear críticas y risas por las azoteas, a tratar de tú a las campanadas de madrugada y, ya después, mucho después, a buscar rincones más íntimos y peor iluminados.

Así acabamos unos cuantos: en el regazo paciente y comprensivo del Garlochí, “una herriko-taberna típicamente sevillana” (Alejandro Luque dixit).

Tras varios cubatas, descubrimos que todos los presentes, que nos acabábamos de conocer personalmente ese mismo día, llevábamos tiempo siendo amigos en Facebook.

A las cinco y pico de la mañana, poco antes de que el amanecer nos echara el brazo por el hombro, pinché la opción “Me gusta” y me fui a dormir un rato…

4 comentarios:

Mei Morán dijo...

La crónica es exquisita.
En otro orden de cosas, ahí va la pregunta:
Por qué los egipcios siempre aparecen representados de lado?

Xaquín dijo...

No se si es por ser sureño ( a saber) el autor o norteño el comentarista, que le escapa a uno si al final los peces son azules o naranjas...
Y puestos a preguntar, podía ser por que los humanos tienen tendencia a andar en plan cangrejo (por decirlo "finamente")?

Más claro, agua dijo...

Mei, los egipcios son representados de lado porque de frente no se aprecia el gracioso juego de brazos que se gastan al andar... ;-)

Xaquín, los únicos humanos que parecen cangrejos son los ingleses en nuestras costas. Y andan, mayormente, haciendo eses por culpa y efecto de la sangría... ;-)

Anónimo dijo...

per por lo menos dejan dineros no como algunos de vosotros que sois un mosquito de cerebro.