El día que dieron Historia en clase yo no fui. De
ahí que, a buen seguro, me perdí la explicación de la existencia de lo que, a
simple vista, parece el enésimo oxímoron con el que me encuentro paseando por
la calle: los batallones de inválidos.
Y de Historia no, pero de Gila sí que me leído
todos los libros y he visto todas sus actuaciones. Y es ahí donde le encuentro
todo el sentido del mundo a estos batallones. A saber:
—¿Está el enemigo?... Que se ponga…
—…
—Que digo que igual llegamos un poco más tarde de
lo habitual a atacarles, que hoy mandamos al frente al batallón de inválidos…
—…
—Sí, los cojos. Es que andamos escasos de sillas de
ruedas y tienen que ir usándolas por turnos… Pero no se preocupen, que ya se
los mandamos heridos y todo…
Etc…