04 mayo 2016

Librero por un día


Quien trabaja en una Feria del Libro sabe perfectamente que las mañanas de los días laborables están invadidas por grupos de escolares realizando visitas organizadas por sus profesores.

Ayer tuve la ocasión de comprobarlo de primera mano en Sevilla gracias a la invitación de la librería El Gusanito Lector para convertirme en librero por un día. En breves palabras: es una manera bastante cómoda de volverte loco en muy poco tiempo.

Más allá del desbarajuste que provocan en el mostrador revolviendo todos los ejemplares que les llaman la atención y más allá de tener que estar cantando los precios de todos esos ejemplares como si de un bingo se tratara, la visita de estos presuntos lectores siempre deja bonitas perlas.

Que un chico preguntara qué se podía comprar con cinco euros entra dentro de lo razonable… Que otra chica preguntara el precio de unos marcapáginas de promoción de la propia Feria, también… Pero lo que no tuvo precio, valga la redundancia, fue un grupito de cuatro chicas que me preguntaron:

¿Ha visto usted a una mujer mayor disfrazada de Peter Pan?...

Necesito más de un día de prácticas como librero para poder asumir según qué tipo de preguntas…

2 comentarios:

Dyhego dijo...

¡Anda que no tienen que aguantar los que están/estamos de cara al público!

Más claro, agua dijo...

Paciencia infinita, sí...