El caso es irse de cumpleaños

Mi cuñado está indeciso, valga la redundancia. No sabe si irse a Disneyland Paris a celebrar el 80 cumpleaños de Mickey Mouse o a Valencia a celebrar el XVI cumpleaños del Congreso Nacional del PP. Disneyland le encanta “si no fuera porque está lleno de niños”. Y el PP le encanta “si no fuera porque está lleno de niños pijos”…

Del cumpleaños de Mickey Mouse se ha enterado de rebote, porque en el Marca, que es lo único que lee, no ha aparecido nada. Lo que le ha escandalizado, y es el motivo fundamental para desplazarse al centro de la noticia, es que, con motivo del 80 aniversario de Mickey, una serie de diseñadores de moda de fama internacional ha creado una lujosa colección de vestidos exclusivos… ¡para su mujer, Minnie!.

Teme mi cuñado que, próximo a cumplir los cuarenta (aunque aparente casi ochenta), su mujer imite a la Minnie esa y haga un encargo similar… “En vez de soplarlas, me voy a quedar a dos velas”, solloza compungido en la barra del bar mientras manda apuntar en mi cuenta todas sus consumiciones…

Del Congreso Nacional del PP se ha enterado de rebote, porque en el Marca tampoco ha aparecido nada. Lo que más le atrae del asunto es algo que ha oído de refilón sobre unos dolores de cospedal. Quiere acercarse a Valencia para enterarse bien de qué van esos dolores por si pudiera cogerse una baja…

Sospecha mi cuñado que tiene que ser una enfermedad harto de rara, “o por lo menos maligna”, porque “cospedal” ni siquiera aparece en el diccionario. Yo, sin que sirva de precedente, le he dado la razón: “Tampoco aparecen en el diccionario ‘acebes’ ni ‘zaplana’, y esos sí que eran malignos”… A ver si con la tontería me lo quito de encima unos días…

Al final, conociendo su forma de razonar (y aquí soy muy temerario con el término “razonar”), estoy convencido de que se va a ir a Valencia. Primero, porque la bruja que sale en “Blancanieves” le da miedo y como en Disneyland vea un puesto ambulante de manzanas es capaz de pegarle fuego. Y segundo, porque cree que en Valencia se celebran mejor los cumpleaños: “por algo tendrán un Campeonato Mundial de Velas, ¿no?”…

Lo que no va a hacer es quedarse en su casa. Palabras como “cumpleaños”, “nochebuena” y “vacaciones” son para él sinónimo de comida y bebida gratis a costa del más pringado (que, por regla general, soy yo). Sólo deseo que, vaya donde vaya, vuelva con unos dolores de cospedal en toda regla…