El ministro de Economía, Pedro Solbes, alias “el Solvente”, ha declarado estos días que los últimos datos del IPC y del Euribor son buenos y “van moviendo el cotarro”. No lo entiendo… Llámenme ingenuo, pero yo creo que lo que quería decir es que los últimos datos metereológicos no son buenos y “van provocando catarros”…
Yo he buscado la palabra “cotarro” en el diccionario y significa “ladera de un barranco”, lo cual no tendría ningún sentido en boca de Solbes… Valiente novedad, dirán ustedes… Pues sí, también es verdad... Lo peor del caso es que, en su tercera acepción, “cotarro” significa “recinto en que se daba albergue por la noche a pobres y vagabundos que no tenían posada”… Y tal y como está el patio, que haya movimiento en estos albergues ya me encaja más, sí…
Sin embargo, ganas de llevarme la contraria, Solbes ha insistido en que dichos datos son buenos y que, por ello, “el Banco Central Europeo tendrá más margen para reducir los tipos de interés”… Sigo sin entenderlo… ¿Por qué quiere reducir los tipos de interés? ¿Quiere quedarse sólo con los tipos sin interés, los aburridos como él? Que tiemblen Darek y el Duque, que el ministro quiere hacerlos desaparecer… ¿Que así mejora la economía del país? Si él lo dice, vale, pero el negocio de pegatinas para adolescentes se va al traste seguro, que lo sepa, señor Solvente…
Y hablando de tipos de interés… Bertín Osborne, un tipo al que sólo han conseguido reducirle el nombre, ha concedido una entrevista al “20 minutos”, que es un periódico gratuito, no un extra de la revista “Diez minutos”. Y ha dicho que “en un piso de treinta metros se puede vivir razonablemente bien”. Se le ha olvidado añadir “si te pasas todo el mes fuera de casa viajando”…
Viene esto a cuento del nuevo Plan de Vivienda presentado por el Gobierno, en el que reduce la superficie de los minipisos de cuarenta a treinta metros cuadrados. Parece que la consigna es reducirlo todo. A este paso, como se descuiden, el próximo presidente del Gobierno va a ser Pocoyo… O Sarkozy… Tanto monta, etcétera…
Yo, si hay que hacer un esfuerzo para levantar la economía del país y tengo que mover el cotarro, lo muevo. Si hay que adaptarse y vivir en un minipiso de treinta metros, me adapto (con la única condición de no tener que compartirlo con Bertín Osborne). Eso sí, que por lo menos los fines de semana nos los dejen libres para irnos con los amigos de minibares…
Yo he buscado la palabra “cotarro” en el diccionario y significa “ladera de un barranco”, lo cual no tendría ningún sentido en boca de Solbes… Valiente novedad, dirán ustedes… Pues sí, también es verdad... Lo peor del caso es que, en su tercera acepción, “cotarro” significa “recinto en que se daba albergue por la noche a pobres y vagabundos que no tenían posada”… Y tal y como está el patio, que haya movimiento en estos albergues ya me encaja más, sí…
Sin embargo, ganas de llevarme la contraria, Solbes ha insistido en que dichos datos son buenos y que, por ello, “el Banco Central Europeo tendrá más margen para reducir los tipos de interés”… Sigo sin entenderlo… ¿Por qué quiere reducir los tipos de interés? ¿Quiere quedarse sólo con los tipos sin interés, los aburridos como él? Que tiemblen Darek y el Duque, que el ministro quiere hacerlos desaparecer… ¿Que así mejora la economía del país? Si él lo dice, vale, pero el negocio de pegatinas para adolescentes se va al traste seguro, que lo sepa, señor Solvente…
Y hablando de tipos de interés… Bertín Osborne, un tipo al que sólo han conseguido reducirle el nombre, ha concedido una entrevista al “20 minutos”, que es un periódico gratuito, no un extra de la revista “Diez minutos”. Y ha dicho que “en un piso de treinta metros se puede vivir razonablemente bien”. Se le ha olvidado añadir “si te pasas todo el mes fuera de casa viajando”…
Viene esto a cuento del nuevo Plan de Vivienda presentado por el Gobierno, en el que reduce la superficie de los minipisos de cuarenta a treinta metros cuadrados. Parece que la consigna es reducirlo todo. A este paso, como se descuiden, el próximo presidente del Gobierno va a ser Pocoyo… O Sarkozy… Tanto monta, etcétera…
Yo, si hay que hacer un esfuerzo para levantar la economía del país y tengo que mover el cotarro, lo muevo. Si hay que adaptarse y vivir en un minipiso de treinta metros, me adapto (con la única condición de no tener que compartirlo con Bertín Osborne). Eso sí, que por lo menos los fines de semana nos los dejen libres para irnos con los amigos de minibares…