“Tendrías que ver lo bien que lo pasamos, chica. Es un hombre encantador y de lo más caroñoso. Viene sudoroso del trabajo, porque es policía municipal y tiene que estar todo el día en la calle, no me acuerdo si te lo he dicho alguna vez, y cuando llega a casa me pide que le quite la ropa lentamente y le prepare un baño caliente con su espuma y todo eso. Como si fuera un bebé. Más lindo…
…Yo le froto todo el cuerpo con una esponja, muy despacio, sin dejarme olvidado ni un poro de la piel, y él cierra los ojos, le encanta, luego le pongo un albornoz que lavo todos los días con dosis extra de suavizante, le doy una copita de anís con hielo, que es lo que más le gusta, y después hacemos el amor durante una hora o más, según el día y la excusa que se haya inventado en esa ocasión para su mujer…
…Y no te lo pierdas, chica… Lo mejor de todo es que vive justo en el chalet de al lado… Y como aquí las paredes son de papel de fumar, que ya sabes tú cómo construyen últimamente estos pisos modernos, seguro que su mujer nos escucha todos los días, y la pobre sin enterarse de que el que gime y jadea como un loco es su propio marido…
…Sinceramente, eso es lo que más me pone, chica. De verdad, creo que me estoy enamorando. ¿Y él? Buf, está loco por mí, si incluso me ha dicho más de una vez que cualquier día de estos se divorcia de su mujer, pide el traslado y nos vamos a vivir juntos a otro sitio”.
Al otro lado de la pared, la mujer miró a la rejilla del aire acondicionado por la que se colaba aquella conversación telefónica, se levantó del sofá, se dirigió al dormitorio, abrió el cajón de la mesilla, sacó la pistola reglamentaria que su marido había escaqueado de comisaría para su defensa personal y, con las lágrimas empañándole los ojos, se sentó delante de la puerta de la entrada para esperar la llegada de su esposo.
…Yo le froto todo el cuerpo con una esponja, muy despacio, sin dejarme olvidado ni un poro de la piel, y él cierra los ojos, le encanta, luego le pongo un albornoz que lavo todos los días con dosis extra de suavizante, le doy una copita de anís con hielo, que es lo que más le gusta, y después hacemos el amor durante una hora o más, según el día y la excusa que se haya inventado en esa ocasión para su mujer…
…Y no te lo pierdas, chica… Lo mejor de todo es que vive justo en el chalet de al lado… Y como aquí las paredes son de papel de fumar, que ya sabes tú cómo construyen últimamente estos pisos modernos, seguro que su mujer nos escucha todos los días, y la pobre sin enterarse de que el que gime y jadea como un loco es su propio marido…
…Sinceramente, eso es lo que más me pone, chica. De verdad, creo que me estoy enamorando. ¿Y él? Buf, está loco por mí, si incluso me ha dicho más de una vez que cualquier día de estos se divorcia de su mujer, pide el traslado y nos vamos a vivir juntos a otro sitio”.
Al otro lado de la pared, la mujer miró a la rejilla del aire acondicionado por la que se colaba aquella conversación telefónica, se levantó del sofá, se dirigió al dormitorio, abrió el cajón de la mesilla, sacó la pistola reglamentaria que su marido había escaqueado de comisaría para su defensa personal y, con las lágrimas empañándole los ojos, se sentó delante de la puerta de la entrada para esperar la llegada de su esposo.
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16 comentarios:
Pues yo, sinceramente, no se lo aconsejo, aconsejo a esta señora, que busque un buen abogado que consiga que inhabiliten al municipal, que el adosado pase a ser de la propiedad de la esposa , y que viva la vida,que cargue la otra con semejante muerto, porque amos... tener que lavar a un municipal sudao....tiene su miga.
buenisimo el relato ;)
Pues estoy con esta Toñi, que me parece muy sensata, a mi, lo del "sudao" no me pone nada...
¿Y que hace la tonta ahí parada?
¡Que se busque un tipo de esos de los calendarios de bomberos!
Municipal sudao?? Anís con agua??? Yo, de ser la señora, me iría de fiesta, a celebrar librarme de semejante prenda!!
Besines :)
Si yo fuera la mujer se lo regalaba, enterito. Y como dice Dyhego, me buscaba un bombero.
Hombre, un tipo que se pasa todo el día con el pito en la boca, ha de, por fuerza, ser muy propenso a caer en las garras del vicio.
Yo pediría una revisión de la condena.
:-)
Pues yo creo que lo que debían hacer era un trio o una orgía con los vecinos de los adosaos colindantes y los que no colindan ,pa cuatro dias de vida que hay lo mejor seá que lo aprovechen.La loli.
si al final son pisos con poca chicha que no se mantendría de pie... y son más baratos si se hacen tumbados... y además se venden más caros.
Toñi, "con semejante muerto"... Ya te has adelantado al final... :-)
Pmbolita, hay gente pa tó, ya ves... :-)
Dyhego, di que sí: 12 meses renovables de bomberos cachas :-)
Ana, el caso es irse de fiesta, jajaja... Besines ;-)
Merce, no hay nada como un buen cuerpo de bomberos, ¿no? :-)
Food, lo del pito en la boca... Me va a costar quitarme esa imagen de la cabeza... :-)
Loli, entonces no serían "adosados" sino "arrejuntados" :-)
Outsider, la arquitectura tiene soluciones para todo, ¿verdad? :-)
Vaya, la noticia le ha sentado como un tiro a la señora y parece que la sensación va a ser contagiosa :-)
Pequeño gran relato.
Uno, grandes y abundantes gracias ;-)
Y no le vienen mejor que sea la vecina la que siga bañando al policía local sudoroso?
Hay que ser prácticos. Y unos cuernos llevados con dignidad no duelen. Además, quien esté libre de pecado, que pegue el primer tiro...
Landa, no sé qué pasa, pero no se oye ni un solo disparo... :-)
A quien se le ocurre hablar por teléfono de semejantes "intimidades" habiendo correo electrónico....
Por otro lado... si gracias a eso el cónyuge llega lavadito y perfumado a casa ¿Que más quiere? ¿o es que no deja el sueldo?
PAQUITA
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