El hambre, que es muy mala...

El etarra De Juana Chaos fue trasladado ayer a San Sebastián. Al mismo tiempo, el barco holandés “Ostedijk”, con su carga de fertilizantes chamuscados, atracaba en el puerto de Bilbao. Los vascos, ayer, no sabían ya hacia dónde mirar para evitar el mal olor.

Dicen que fue llegar De Juana a Donosti y ponerse a comer. Pintxos, suponemos, para empezar con alimentos en pequeñas dosis. Aunque también hay quien afirma que los restaurantes de Aranda de Duero estuvieron cerrados todo el día no fuera a ser que, al paso de la ambulancia, al etarra se le antojara comerse un plato de cordero.

La llegada del etarra, no obstante, no fue tan fácil como se había previsto. Cuando salió de la ambulancia, calvo, semidesnudo, en los huesos y con los ojos saltones más de uno se creyó que había aterrizado en Euskadi ET. De hecho, la gente le gritaba cosas como “Gora ET” o algo así… Un aldeano, con su típica txapela graciosamente ladeada a la derecha, se le acercó y le preguntó hablando muy lento para que le entendiera:

“Bienvenido a la Tierra. Yo, amigo. ¿De dónde venir tú?”
“¡De dónde coño voy a venir! ¡Pues del Doce de Octubre!”
“Del 12 de octubre… ¿pero de qué siglo?... ¿Has venido en son de paz?...”
“¡No me toques los cojones!...”

La conversación no iba por buen camino, no.

“…Del Doce de Octubre de Madrid. Y he venido en ambulancia…”
“¿De Madrid?... ¿Del 12 de octubre en ambulancia?... Pues estamos a uno de marzo… ¿Que habéis pillado atasco a la salida o qué?...”

El etarra no le partió la cara al aldeano por no enturbiar más el proceso de paz. Éste, por su parte, se marchó pensando que tener de lehendakari al hermano gemelo de Mr. Spock, más tarde o más temprano tenía que traer complicaciones: “Primero instalaron su nave espacial, el Guggenheim I, en la ría de Bilbao. Y ahora empiezan a llegar los extraterrestres con su sonda… espacial”.