Me pareció ver un lindo gatito...

Una empresa de higiene íntima femenina ha elaborado un estudio en el que revela los gustos de las españolas en lo que a ropa interior se refiere. Los primeros resultados indican que, para empezar, el 90% de los encuestadores fueron abofeteados por las entrevistadas en plena calle tras la pregunta “¿de qué color son tus bragas?”.

Entrando más en detalle (lo cual suena fatal hablando de bragas), el 78% de las españolas suelen comprar su ropa interior ellas solitas, aunque en algunos casos (29,3%) lo hacen acompañadas de sus parejas. Yo estoy incluido en ese 29,3% y no se lo recomiendo al 70,7% restante. No sabes cómo comportarte… Si tu pareja se mete en un probador, ¿tú qué haces? ¿te quedas esperando pegado a la cortinilla a que ella te avise? No, porque espantas al resto de clientas que quieren utilizar los probadores… ¿Das pequeños paseos alrededor? Tampoco, porque te pueden acusar de mirón… ¿Agachas la cabeza y centras tu mirada en un folleto publicitario? Peor, porque te dirán que, para eso, te vayas al kiosko y te compres el Interviú… ¿Te quedas en la entrada de la tienda mirando directamente a la calle? Tú verás, pero ten por seguro que tu pareja saldrá hecha una furia del probador reprochándote que para eso mejor que no hubieras ido…

Puestos a agravar la situación, es mucho peor cuando vas tú solo. Quieres sorprender a tu pareja con un bonito conjunto de lencería y, mientras buscas algo especial, te sientes observado por todos y cada uno de los pares de ojos de las clientas que hay en la tienda, que por regla general son muchos… Y notas que las miradas quieren decir: “Ese es un salido…” “Mira cómo toca las prendas…” “Si se mete en un probador llama a la policía…” ¡Es horrible! ¿Pero por qué ocurre sólo cuando compras lencería? ¿Por qué, por ejemplo, no te acusan de pederasta cuando estás eligiendo ropa de bebé en el Prenatal?…

Y lo peor viene cuando no te decides… Y se te acerca la dependienta…

“¿Puedo ayudarte en algo?”
“Si yo te contara…” (tú esto no lo dices en voz alta, claro) “Bueno… me gustan estos dos modelos, pero no me decido…”
“¿Qué talla tiene tu chica?”
“Pues… como tú, más o menos”
“Qué más quisierais los dos…” (ella esto no lo dice en voz alta, claro) “En ese caso, quédate con el negro, seguro que le queda muy bien…”

Y cuando estás a punto de mirar el precio…

“Yo es el que uso…”

Y ya no miras el precio…

Para que esto no nos ocurra, el estudio nos desvela algunos de los gustos de las españolas para que tomemos nota: el 80% de las mujeres entrevistadas asegura que prefiere los tejidos estampados o con elementos decorativos.

Las rayas son el motivo geométrico preferido, seguido de dibujos animados, especialmente Piolín… Lo de las rayas lo entiendo, puede tener su morbo, porque te recuerda a la película de los viernes en Canal Plus, ¡¿pero Piolín?! ¿A quién le da morbo Piolín? Es amarillo, cabezón y no se entera de nada… Para eso ya tenemos al chino del Todo a Cien de la esquina…

Dándole vueltas, la única justificación que le encuentro a esa tendencia es que detrás de todo Piolín siempre aparece un lindo gatito… Y ahí ya sí que te aseguras la diversión… Se lo digo yo, que veo muchos dibujos animados…