Los Rolling Stones ya están en España. Es automático: en cuanto llega el verano, nuestro país se llena de extranjeros de la tercera edad.
No han hecho más que llegar y ya lo tienen todo pagado, lo que ellos pidan… Bebida, comida, bebida, una mesa de billar en los camerinos, bebida… Son como nosotros cuando vamos de vacaciones a Punta Cana pero sin necesidad de llevar puesta a todas horas la pulserita de marras.
Parece ser que van a hacer una gira de conciertos por distintas ciudades españolas. Entre otras, han el-egido El Ejido (por lo que este chiste tan malo hay que atribuírselo directamente a su manager, que nos lo ha dejado en bandeja). También se ha sabido que para sus actuaciones contarán como teloneros con un grupo de su época: “Los Trogloditas”. Estos tienen una canción que se titula “Yo para ser feliz quiero un camión”, que en inglés se dice “Satisfaction”.
Para anunciar su gira de conciertos, los Stones grabaron un anuncio para televisión en castellano. Yo lo vi un día por la noche y no sabía muy bien si estaban vendiendo un producto de teletienda (¡compre el “bigger bang” y, si llama en los próximos diez minutos, le regalamos una almohadilla cervical!) o si se trataba de la campaña de publicidad de “Piratas del Caribe 3”. Las Satánicas Majestades siguen así la tradición de Su Majestad el Rey y Sus Majestades de Oriente de emitir un mensaje institucional una vez al año: “Españoles, Keith Richards y yo…”, “Nos llena de orgullo y ¡Satisfaction!…”
Anoche actuaron en Barcelona y cuentan las crónicas que el estadio se llenó con cuarenta mil personas de tres generaciones distintas… Unos con botellas de cerveza y otros con botellas de suero, pero todos vestidos con la camiseta con el logo de los Stones, una lengua muy gorda saliendo de un gran boca abierta, que parece una campaña de salud para revisarse las anginas…. “Diga ¡Ahhh!”, “¡Satisfahhhction!”…
Si la cosa no se tuerce, mañana estaré viéndoles en San Sebastián, una ciudad mundialmente conocida por sus pinchos y por el Museo Guggenheim, que está en las afueras… Al menos eso dicen los donostiarras… Dormiremos en La Concha, que no es una pensión ni un motel de carretera, y el domingo regresaremos a casa convencidos de que las trompetas que anuncien el fin del mundo serán tocadas por la banda de los Stones, que seguirán en la brecha. Cuando llegue ese momento, entonaremos el estribillo de “Simpathy for the Devil”. Por si se puede elegir destino…
No han hecho más que llegar y ya lo tienen todo pagado, lo que ellos pidan… Bebida, comida, bebida, una mesa de billar en los camerinos, bebida… Son como nosotros cuando vamos de vacaciones a Punta Cana pero sin necesidad de llevar puesta a todas horas la pulserita de marras.
Parece ser que van a hacer una gira de conciertos por distintas ciudades españolas. Entre otras, han el-egido El Ejido (por lo que este chiste tan malo hay que atribuírselo directamente a su manager, que nos lo ha dejado en bandeja). También se ha sabido que para sus actuaciones contarán como teloneros con un grupo de su época: “Los Trogloditas”. Estos tienen una canción que se titula “Yo para ser feliz quiero un camión”, que en inglés se dice “Satisfaction”.
Para anunciar su gira de conciertos, los Stones grabaron un anuncio para televisión en castellano. Yo lo vi un día por la noche y no sabía muy bien si estaban vendiendo un producto de teletienda (¡compre el “bigger bang” y, si llama en los próximos diez minutos, le regalamos una almohadilla cervical!) o si se trataba de la campaña de publicidad de “Piratas del Caribe 3”. Las Satánicas Majestades siguen así la tradición de Su Majestad el Rey y Sus Majestades de Oriente de emitir un mensaje institucional una vez al año: “Españoles, Keith Richards y yo…”, “Nos llena de orgullo y ¡Satisfaction!…”
Anoche actuaron en Barcelona y cuentan las crónicas que el estadio se llenó con cuarenta mil personas de tres generaciones distintas… Unos con botellas de cerveza y otros con botellas de suero, pero todos vestidos con la camiseta con el logo de los Stones, una lengua muy gorda saliendo de un gran boca abierta, que parece una campaña de salud para revisarse las anginas…. “Diga ¡Ahhh!”, “¡Satisfahhhction!”…
Si la cosa no se tuerce, mañana estaré viéndoles en San Sebastián, una ciudad mundialmente conocida por sus pinchos y por el Museo Guggenheim, que está en las afueras… Al menos eso dicen los donostiarras… Dormiremos en La Concha, que no es una pensión ni un motel de carretera, y el domingo regresaremos a casa convencidos de que las trompetas que anuncien el fin del mundo serán tocadas por la banda de los Stones, que seguirán en la brecha. Cuando llegue ese momento, entonaremos el estribillo de “Simpathy for the Devil”. Por si se puede elegir destino…
4 comentarios:
Yo nunca entendí esa diatriba entre los Stones y los Beatles. Los gustos de uno siempre estaban en función de la chica con la quisieras ligar...
Fenomenal...eres un monstruo; no veas como me he reido...ya estas en mis favoritos!!!
Gracias, luis ;-)
Los has visto????
¿Qué te parecieron??
Yo voy el sábado a El Ejido.
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