Este próximo jueves se celebran los cincuenta años del lanzamiento del Sputnik, que no es un grupo de música punk, no. Yo lo he visto en una fotografía en un periódico y es un invento ruso: se trata de una pelota rechoncha que pesa más de ochenta kilos. Los italianos inventaron una cosa muy parecida, pero la llamaron Torrebruno, que se pronuncia mucho más fácil, dónde va a parar…
El Espuni ese, en su origen, iba a ser un cohete espacial. Claro, les salió una pelota de fútbol y no sirvió para justificar la inversión, porque eso ya estaba inventado.
“En esa mierda de pelota no nos cabe un astronauta, camarada”
“¿Y si metemos al Messi?”
“Es que aún no ha nacido…”
“Pues entonces, tírala…”
Y la tiraron… Bien lejos, por cierto… Desde Rusia, con amor. La pelota se pasó años dando vueltas por el espacio intentando localizar un sitio donde aterrizar en condiciones…Desde el principio, descartó España por miedo: recordemos que, hace cincuenta años, en España la familia Alcántara vivía feliz e ignorante de que estaba siendo permanentemente grabada para luego hacer una serie de televisión con su vida, Ana Obregón se licenciaba en Biología según su propia versión de los hechos y un equipo de arqueólogos desenterraba a Marujita Díaz en un yacimiento en las inmediaciones del municipio de Atapuerca… Como para acercarse…
Finalmente, la pelota rusa, fiel a sus orígenes y para tocar las narices, aterrizó en Estados Unidos causando no pocos estropicios. Un joven arquitecto que pasaba por allí vio aquella pelota toda espanzurrada y abollada por el impacto del aterrizaje y pensó “mira, la maqueta del Guggenheim de Bilbao…” Hay incluso quien, hoy en día, afirma que el actual lehendakari no salió de unas elecciones, sino del Espuni. Y que no es que quiera hacer una consulta popular, sino que lo que le pasa es que todavía está desorientado por el golpe y desde entonces repite la misma cantinela:
“Yo no reconozco este Estado. ¿Dónde está mi país?”
“Mucho ojito, Malaletxe, que eso que usted pregunta no es constitucional…”
“Pues si no puedo preguntar, díganme qué pinto yo aquí…”
“Y dale…”
Acto seguido, con la palma de la mano derecha extendida, separó los dedos corazón y anular formando una “uve”. Por si hay niños delante, voy a evitar contar cómo ese simple gesto fue el origen del “Pene-uve”…
El Espuni ese, en su origen, iba a ser un cohete espacial. Claro, les salió una pelota de fútbol y no sirvió para justificar la inversión, porque eso ya estaba inventado.
“En esa mierda de pelota no nos cabe un astronauta, camarada”
“¿Y si metemos al Messi?”
“Es que aún no ha nacido…”
“Pues entonces, tírala…”
Y la tiraron… Bien lejos, por cierto… Desde Rusia, con amor. La pelota se pasó años dando vueltas por el espacio intentando localizar un sitio donde aterrizar en condiciones…Desde el principio, descartó España por miedo: recordemos que, hace cincuenta años, en España la familia Alcántara vivía feliz e ignorante de que estaba siendo permanentemente grabada para luego hacer una serie de televisión con su vida, Ana Obregón se licenciaba en Biología según su propia versión de los hechos y un equipo de arqueólogos desenterraba a Marujita Díaz en un yacimiento en las inmediaciones del municipio de Atapuerca… Como para acercarse…
Finalmente, la pelota rusa, fiel a sus orígenes y para tocar las narices, aterrizó en Estados Unidos causando no pocos estropicios. Un joven arquitecto que pasaba por allí vio aquella pelota toda espanzurrada y abollada por el impacto del aterrizaje y pensó “mira, la maqueta del Guggenheim de Bilbao…” Hay incluso quien, hoy en día, afirma que el actual lehendakari no salió de unas elecciones, sino del Espuni. Y que no es que quiera hacer una consulta popular, sino que lo que le pasa es que todavía está desorientado por el golpe y desde entonces repite la misma cantinela:
“Yo no reconozco este Estado. ¿Dónde está mi país?”
“Mucho ojito, Malaletxe, que eso que usted pregunta no es constitucional…”
“Pues si no puedo preguntar, díganme qué pinto yo aquí…”
“Y dale…”
Acto seguido, con la palma de la mano derecha extendida, separó los dedos corazón y anular formando una “uve”. Por si hay niños delante, voy a evitar contar cómo ese simple gesto fue el origen del “Pene-uve”…
13 comentarios:
Entonces... vamos a ver, que yo me he liado porque lo de esta mañana era descafeinado:
¿el lehendakari es un hijo extraterrestre de Torrebruno que vino en el Espuni ese y fue adoptado por la familia Alcántara?
Sacto. Y todo, porque Messi no había nacido todavía...
jejeje... si comentas esto con la primera boñiga espacial, voy a esperar con impaciencia los 50 años de l apobre Laika orbitando!
:D
Con ese nombre, tampoco me extrañaría nada que fuera la mascota vasca del Lehendakari...
Jajajaja
Tienes un martes muy ingenioso!!!
Y me parece a mi que ademas 'Laika' significa 'que ladra' en ruso!!! Juassss
:D
¿Y para qué me sirve ser Lehendakari si no puedo fichar a Messi? A ver...
Con lo que sabe este hombre de fútbol que nació de una pelota rechoncha (vasca-rusa) como tú mismo nos has hecho saber...
Luna: Pues si ladra, entonces fijo que tiene algo ver con Malaletxe...
Sometimes: es que Messi no es vasco, pero en cuanto consigamos la independencia, lo casamos con una neska de Amoroto y pa'l Athletic del tirón...
Solo una cosita, genial, genial...
Gracias, Merce ;-)
Hola:
Enhorabuena por tu sentido del humor. El grueso lo hace todo el mundo, el fino necesita de mucha cerveza (y veo que a ti te encanta).
Te has equivocado de película. El lehenda melenda proviene de Star treck, donde hacía un papelón, como ahora en política. También allí le daba argumentos al jefe, que era de derechas, como Rajoy. Bien traído todo, don Eduardo, fino a la par que elegante. Lo del Guggenheim, escacharrante. Una auténtica y brillosa pelota espacial espanzurrada. Mira que andas sobrao de ingenio.
Abstemio, es cierto, la clave está en la cerveza :-)
D. Antonio, todas estas películas se me mezclan, es cierto. Incluso pienso que hay políticos que comen ratones...
El Espuni ese, en su origen, iba a ser un cohete espacial. Claro, les salió una pelota de fútbol y no sirvió para justificar la inversión, porque eso ya estaba inventado.
“En esa mierda de pelota no nos cabe un astronauta, camarada”
“¿Y si metemos al Messi?”
“Es que aún no ha nacido…”
“Pues entonces, tírala…”
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