Hace unos días veíamos esta curiosa foto de
Esperanza Aguirre durante la celebración de un pleno en el Ayuntamiento de
Madrid. Se me ocurren varias hipótesis para explicar lo que hace esta señora
por los suelos. A saber:
Se ha caído y no piensa levantarse hasta que
aparezcan las cámaras de Telemadrid para interesarse por su estado de salud.
Se ha escondido para escuchar qué dicen de ella en
su ausencia.
Se está haciendo un selfie junto a su reflejo
aprovechando el brillo de la pared. Luego lo colgará en Instagram con el
comentario “Con mi mejor amiga”.
Está llorando como jefa de la oposición lo que no supo
defender como alcaldesa.
Está comprobando el dicho de que las paredes oyen.
A su derecha está colocando una gorra y un cartel
que reza “No llego a fin de mes. Dame argo”.
Como ella es tradicional donde las haya, en vez de
al Candy Crash está jugando al escondite con algún miembro de su grupo.
Carmena la ha castigado al rincón de pensar.
Cifuentes ha aparecido en el pleno sin avisar.
Consciente de que su carrera en el PP tiene los
días contados, busca nuevas maneras de ganarse la vida. Concretamente, como
estatua humana imitando a la Sirenita de Copenhague.