11 noviembre 2016

#BEERNES 11 - EL CASO


Yo no tengo un tío en América, como los de entonces, ni un mecenas… Ni siquiera tengo un humilde sponsor. Siempre visto camisetas blancas, pero no porque me gusten especialmente, sino como una desesperada llamada a posibles patrocinadores, algo así como “Aquí tienen mi, si no admirable, al menos aceptable cuerpo para que pasee su marca por las calles de la ciudad, que yo soy muy de estar en la calle y moverme por ambientes afines a su target” (que no sé lo que significa pero lo he visto escrito en varios catálogos publicitarios y suena fenomenal).

El caso es que yo escribo por amor al arte. Por amoral y por el arte. Por no helarme. Por enamorarte.

El Caso, esta vez con mayúsculas, era un periódico de sucesos de cuando la gente iba al kiosco a comprar los periódicos. Más que noticias, los periodistas de la redacción escribían avances de necrológicas. Y los epitafios bien podrían pasar hoy por microrrelatos.

A nadie le gustaba decir que trabajaba como periodista en El Caso en una época en la que las chicas se iban con cualquier tipo, no importaba la edad, que tuviera barba y un ejemplar de El País bajo el brazo… A nadie le gustaba reconocer que investigaba crímenes sin resolver, que pagaba pasta a asesinos a sueldo a cambio de un titular… A nadie le gustaba comentar en la barra del bar que se pedía el segundo gin-tonic tan seguido porque necesitaba quitarse el mal sabor de boca que produce contemplar las vísceras de una prostituta esparcidas sobre el gotelé de una pared…

Desagradable, ¿verdad?... Pues ahora, imaginaos mi situación: yo era el negro de un periodista de El Caso…


Tuve que esperar varios años, hasta que desapareció el periódico, para matarle y no ser el protagonista de la portada del día siguiente…

1 comentario:

d:D´ dijo...

El caso es que yo escribo por amor al arte. Por amoral y por el arte. Por no helarme. Por enamorarte


En todo este trozo está el meollo de la cuestión y dónde se resume la llegada del invierno de(l) "bolsillo". Y aunque suene cálida toda ella, a mí es que me dejó frío y con el vello fresco y agudo.
[Anduve escalando por el Pájaro de La Pedriza y no tuve tiempo de darte la lata...qué cole]

Saúdos