Recuerdo que en mi infancia, en
casa de mis padres, el patio olía a comida todas las mañanas. Los aromas de lo
que se preparaba en cada hogar, con las ventanas de las cocinas abiertas, se
mezclaban y daban como resultado un festival invisible y mágico. Todavía lo
recuerdo...
Hoy, en la reunión de la comunidad
de vecinos, he propuesto que hagamos lo mismo, que abramos las ventanas de las
cocinas que dan al patio mientras preparamos la comida. Eso o que retiremos de
una vez el cadáver del vecino que se suicidó el mes pasado.
7 comentarios:
Por fin es beernes!!!
Me llevaste a la infancia, compartí esos recuerdos, vecino suicida incluido, aunque el mío se tiró a la calle y no al patio. Acortó notablemente el tiempo de exposición.
Besos
En algunos rellanos de escalera se huele más a "maría" que a comida...
Microrrelatos como la vida misma... ;-)
En algunos rellanos, la genere reclama María y algunos piensan que se trata de la portera...
Feliz beernes, amigos.
Puñeta!! Y yo que mientras te leía me iba diciendo que eso se puede hacer en Sevilla y no aquí con grados bajo cero. Pero ese final me ha dejado noqueada. Me ha encantado!!
Besicos muchos y disfrutad mucho la tarde. Yo me morderé las uñas, mientras.
Hay vecinos que no saben qué hacer por comprometer,
estorbar y estropear los juegos en los patios después
de clase.
Así no hay manera de comerse el bocadillo de mortadela
Hay gente que no tiene muchas luces ni en los patios de vecinos
Nani, ya tienes tu ejemplar firmado... ;-)
d:D, los vecinos son casi tan peligrosos como los cuñados, no te digo más...
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