El comandante de la
Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral, según constaba
en su primera declaración, pero las pruebas de ADN eran concluyentes: los
trozos de piel encontrados bajo las uñas del Santo Padre durante la autopsia
eran suyos.
Un
registro pormenorizado del dormitorio papal reveló que faltaba su diario
íntimo, un cuaderno de tapas de piel de cuya existencia sólo tenía conocimiento
su secretario.
Pocos días
después, un alabardero de la
Guardia aparecía muerto. Y también fue la autopsia la que
desveló trozos de piel del comandante bajo las uñas del cadáver.
Ante la
evidencia, el comandante confesó, impotente, con un “Fueron los celos”. Ni la
entrega voluntaria del diario hizo que se le aplicara una reducción de la
condena.
6 comentarios:
Lo que siempre se llamó un crimen pasional, como si eso lo hiciera menos crimen.
¿Molestarían más las muertes o el escándalo?
Besos
Contestando a Alís.
¿Escándalo?. Solo, lo sabe Eduardo, que vaya ud. a saber que contactos tiene en la Santa Sede.
!!Menuda es la diplomacia vaticana!!
Saludos a ambos.
A muchas/os gustan de uniformados. A saber si, además de los colorines, no será también un tema de faldas abotonadas.
Se podría haber titulado: "La noche de las faldas largas"
En temas de Petrorastia sólo, su, dios sabe qué pasó
¿Y terminaron a hostias y corrió la sangre como el vino en las bodas?
En este caso es un crimen papasional...
Incluso en los santos lugares se comenten crímenes...
Me ha gustado lo de crimen papasional 😄
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