16 septiembre 2020

El final está cerca #198


El mago me eligió de entre todo el público para meterme en aquella caja y cortarme con un serrucho por la mitad. En el último momento, viendo mi cara de pánico, me ofreció cambiar el truco y hacerme, simplemente, desaparecer. No lo dudé y acepté el trato.

Lo siguiente que recuerdo es la visión del patio de butacas desde el interior de una chistera y unas ganas enormes de comer lechuga.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

:))))'

Alís dijo...


Tal y como están las cosas, hasta le hizo un favor. Y, ya siendo conejo, mejor estar en una chistera que en una olla.

Besos

Juan L. Trujillo dijo...

Te evitas la mascarilla, pero cuidado con la mixomatosis.
Saludos.

Más claro, agua dijo...

Nadie es perfecto, claro... :-)

Esto está llegando a su fin, amigos...

Anónimo dijo...

¿Te quedan dos para 200?
¿Tú dirás?
:/'

Más claro, agua dijo...

Sacto. Quedan dos para el 200... y para el final....

Alís dijo...


Eduardo, doy por hecho que te refieres al final del libro, pero que ya tienes algo nuevo preparado.

;)