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A este hallazgo se une el de los huesos de dinosaurio encontrados en la Patagonia y el zoológico descubierto en casa de Juan Antonio Roca. Los del National Geographic (que son unos señores que parece que les han robado el contenido de su logotipo) se están quedando sin corresponsales para cubrir tanto acontecimiento. Al final han decidido centrarse en Marbella porque es donde más trabajo hay.
Por un lado está lo de Roca, que tiene disecados en su casa todo tipo de animales, hasta un tigre aplastado en el suelo que parece que se acaba de tirar en plancha desde los cuernos del ciervo que hay colgado en la pared. ¡Y una jirafa!. Que digo yo que cómo se cuela una jirafa por la aduana…
“¿Algo que declarar?”
“Nada en absoluto, todo son objetos personales”
“¿Y eso tan largo?”
“Nada, un paraguas familiar”
“Pues parece una jirafa”
“Los de Disney, que ya no saben qué inventar…”
Además, la propia ciudad de Marbella está llena de especies de lo más peculiares. Están los linces, que son los que levantan unos chalets adosados en la playa en cuanto se descuida el mar y baja la marea. Están también los buitres, que son los que se dedican a cobrar comisiones por chalet construido. Y los quebrantahuesos, que en Marbella son más conocidos por el sobrenombre de “guardaespaldas”. Está el pueblo lleno. De hecho, las típicas peleas de patio de colegio las hacen los guardaespaldas de los niños. Y cuando van a separarlos los guardaespaldas de los profesores y les ven, como son del gremio, dicen “ahí se maten”, y se limitan a llamar a la empresa especializada en limpiar de sangre la escena del crimen. El propio Juan Antonio Roca tenía fijo en plantilla a un especialista de esos para cuando se cortaba con la cuchilla de afeitar.
Y para rematar el asunto, y como si de un gigante zoológico se tratara, en Marbella todos los alcaldes acaban enjaulados…
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