19 junio 2006

El telespectador impasible

La Comisión de Seguimiento del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos, que es una cosa que se creó para dejarte asfixiado si la pronunciabas de corrido en voz alta y para velar por los derechos de los telespectadores, pero sobre todo lo primero, acaba de emitir su primer informe. ¡Bieeen! Es como si le hubiera salido el primer diente o hubiera aprendido ya a decir Papá (Levante) y Mamá (Chicho).

Lo ha presentado Fernando Moraleda, a la sazón secretario de Estado de Comunicación, que es el que coge las llamadas en el Estado: “Aquí el Estado, ¿dígame?... ¿Ministerio de Medio Ambiente? ¿En qué localidad?... Pues como Ministerio no me aparece nada, ¿es posible que esté a nombre de un particular?...”

Para Moraleda (la moral es lo que queda) y los miembros de la Comisión, “las cadenas de televisión en abierto han mejorado su lenguaje, sus imágenes y sus contenidos”. Aquí tenemos, por fin, al 3,5% del share que no sólo dice que ve los documentales de La 2, sino que, además, los ve. Porque, además de en los documentales, ¿en qué otros programas ha mejorado el lenguaje?, ¿en Pasapalabra?... Antes se decía “maricón lo será el padre de usted” y ahora se dice “a mí no me cabe en el culo ni el pelo de una gamba” (Luis Aragonés).

Surgen más dudas y preguntas al hilo de este informe:

¿Será propuesta la contertulia Belén Esteban como futura candidata a ingresar en la RAE?

¿Por qué siempre está de buen humor Matías Prat? ¿No se da cuenta de las noticias que está dando? ¿El euribor y el precio del petróleo no afectan a su cuenta naranja?

¿Qué pintan en horario infantil programas del tipo ‘A tu lado’, ‘Diario de Patricia’ o ‘Gente’? ¿Creerán las cadenas que lo de ‘infantil’ se refiere a la capacidad mental de los telespectadores?

¿Por qué los comentaristas de fútbol dan más patadas al diccionario que los jugadores al balón?

¿Por qué Buenafuente se emite tan tarde? Yo tengo que dormir ocho horas y no llego nunca a trabajar antes de mediodía…

En fin, que aparte de los documentales, los únicos programas que cuidan mínimamente el lenguaje son las múltiples teletiendas que se emiten de madrugada. Por eso, propongo a Moraleda y a la Comisión de Largo Nombre las siguientes medidas de cara a la próxima temporada:

En vez de programas sobre líos de cama: Teletienda de Colchones LoMónaco. O en su defecto, Teletienda de Almohada Cervical Butterfly Pillow.

En vez de programas donde los contertulios se despellejan a carne viva: Teletienda de Lote de Cuchillos (hay que ver lo bien que cortan y lo bien que lo explica el cocinero de bigotes)

En vez de Campeonato Mundial de Fútbol: Teletienda sobre el método Pilates o sobre las miles de maquinitas que te fortalecen hasta los músculos de los párpados y te caben debajo de la cama o del colchón LoMónaco.

Por último, pero no menos importante: en vez de Telediarios, Teletubbies por un tubo (catódico, a ser posible).

Y con esta reflexión les dejo, que empieza Salsa Rosa…

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