Lamentamos comunicarle, amable lector, que el funcionario seleccionado para escribir su autobiografía se encuentra en paradero desconocido… Existía un compromiso verbal con él y, tras un “No hay ningún problema, ¿para cuándo dice que lo quiere?” por su parte, el acuerdo quedó cerrado. Pero nada, que no aparece el tío…
Es cierto que su ordenador está encendido… Es cierto que su chaqueta está sobre el respaldo de su silla… Es cierto que el vigilante de la entrada nos confirma que fichar, lo que se dice fichar, ha fichado… Pero llevamos tres días aquí, en su despacho, y no da señales de vida… Y estamos ya un poco hartos de cogerle las llamadas y de gastarnos la pasta reservándole el cupón de los ciegos…
Al preguntar a uno que apareció de repente a cambiar los bidones de agua por las causas de tan anómala situación, nos contestó con una frase lapidaria: “La Administración tiene razones que la razón no entiende”…
Tras darle más vueltas al asunto que una montaña rusa (que no es rusa, ya lo sabemos), no nos ha quedado más remedio que contratar a una Asistencia Técnica para cumplir con el compromiso de la autobiografía. Aquí la tienen. Disculpen las molestias:
El funcionario que se cogió las vacaciones en julio nació por cesárea. Ya desde el vientre materno se negaba a hacer esfuerzos innecesarios. Y a diferencia de su madre, que no tuvo que dilatar en el parto, él dilata su trabajo hasta límites insospechados. Existen fundadas sospechas de que todavía no ha terminado de rellenar la base de datos de alcaldes de las primeras elecciones municipales…
El funcionario que se cogió las vacaciones en julio no trabaja en agosto: “Sí, hombre, lo que me faltaba. Todo el mundo en la playa relajado, disfrutando… ¿y yo aquí pringando?... ¡Vamos, anda!”. Podemos confirmar que, durante ese mes, vive cómodamente instalado entre las páginas del diario deportivo AS. Una vez intentó salir del periódico a por tabaco pero, al ver la fotografía de la maciza de la última página, pensó “¿Y dónde voy a estar yo mejor que aquí?”. No sólo se quedó sino que, encima, dejó de fumar. A día de hoy, gracias a su estancia veraniega en el citado diario, además de gozar de una espléndida salud, es el único que tiene todas las claves para clasificar para la Champions League al Club Deportivo Mirandés, que milita en Tercera División. O, más difícil aún, también posee las claves para convertir el vestuario del Real Madrid en lo más parecido a un vestuario de un equipo de fútbol y no de Pasarela Cibeles.
Por último, el funcionario que se cogió las vacaciones en julio, cuando llega septiembre, se coge una baja laboral. ¿Motivo?: “Gastroenteritis causada por la ingestión de una ensaladilla en mal estado en el chiringuito de la playa”. ¿Con un mes de retraso? Pues sí, hasta eso es capaz de dilatarlo…
(Nota de la Asistencia Técnica: Y ahora, ¿qué?, ¿dónde dice que se cobra esto?... No habrá que esperar a que el funcionario redacte el expediente, ¿no?... ¿Me cambia, al menos, el bidón del agua, por favor?... ¿Hay alguien ahí?...)
Es cierto que su ordenador está encendido… Es cierto que su chaqueta está sobre el respaldo de su silla… Es cierto que el vigilante de la entrada nos confirma que fichar, lo que se dice fichar, ha fichado… Pero llevamos tres días aquí, en su despacho, y no da señales de vida… Y estamos ya un poco hartos de cogerle las llamadas y de gastarnos la pasta reservándole el cupón de los ciegos…
Al preguntar a uno que apareció de repente a cambiar los bidones de agua por las causas de tan anómala situación, nos contestó con una frase lapidaria: “La Administración tiene razones que la razón no entiende”…
Tras darle más vueltas al asunto que una montaña rusa (que no es rusa, ya lo sabemos), no nos ha quedado más remedio que contratar a una Asistencia Técnica para cumplir con el compromiso de la autobiografía. Aquí la tienen. Disculpen las molestias:
El funcionario que se cogió las vacaciones en julio nació por cesárea. Ya desde el vientre materno se negaba a hacer esfuerzos innecesarios. Y a diferencia de su madre, que no tuvo que dilatar en el parto, él dilata su trabajo hasta límites insospechados. Existen fundadas sospechas de que todavía no ha terminado de rellenar la base de datos de alcaldes de las primeras elecciones municipales…
El funcionario que se cogió las vacaciones en julio no trabaja en agosto: “Sí, hombre, lo que me faltaba. Todo el mundo en la playa relajado, disfrutando… ¿y yo aquí pringando?... ¡Vamos, anda!”. Podemos confirmar que, durante ese mes, vive cómodamente instalado entre las páginas del diario deportivo AS. Una vez intentó salir del periódico a por tabaco pero, al ver la fotografía de la maciza de la última página, pensó “¿Y dónde voy a estar yo mejor que aquí?”. No sólo se quedó sino que, encima, dejó de fumar. A día de hoy, gracias a su estancia veraniega en el citado diario, además de gozar de una espléndida salud, es el único que tiene todas las claves para clasificar para la Champions League al Club Deportivo Mirandés, que milita en Tercera División. O, más difícil aún, también posee las claves para convertir el vestuario del Real Madrid en lo más parecido a un vestuario de un equipo de fútbol y no de Pasarela Cibeles.
Por último, el funcionario que se cogió las vacaciones en julio, cuando llega septiembre, se coge una baja laboral. ¿Motivo?: “Gastroenteritis causada por la ingestión de una ensaladilla en mal estado en el chiringuito de la playa”. ¿Con un mes de retraso? Pues sí, hasta eso es capaz de dilatarlo…
(Nota de la Asistencia Técnica: Y ahora, ¿qué?, ¿dónde dice que se cobra esto?... No habrá que esperar a que el funcionario redacte el expediente, ¿no?... ¿Me cambia, al menos, el bidón del agua, por favor?... ¿Hay alguien ahí?...)
2 comentarios:
Guaoo yo pense que ese especimen de funcionarios publicos solo era aca, peor ya veo es un mal mundial..
Pues sí, será mundial, pero la siesta se la inventó un funcionario español, que se llevó el trabajo a casa... :-)
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