El tren iba prácticamente vacío. Podía haberse
acostado en cualquiera de los muchos asientos libres, incluso ocupando dos para
estar más cómodo. Pero prefirió extender su esterilla en el suelo, justo al
lado de la única pasajera del vagón. Aquella mujer le recordaba a su madre...
9 comentarios:
No me lo puedo creer!!!
Yo lo he visto... ;-)
Verlo para creerlo.
Pero podríamos especular cómo seguramente tú hiciste...Especular, también con el terreno que le ocupa, de okupa. Especular reflejo que, por sí solo, deduce que esos asientos, además de incómodos, son antimendigos, ahora tan de moda en los valientes que ejercen el poder temporal de los sillones municipales, o en la TENFÉ
Ay, de aquellos que de ahí no se acuerdan de los vagones de segunda, con sus butacas corridas, sin trabas y bien largas. Pegamoide resistente que forrando su banqueta daba tanto para largos viajes como cortos...de cerveza.
Pena qué monopoliza el sueño en ese suelo ya sin el traqueteo del tren.
Yo aprovecharía para echar unos tragos y así dormirla ::|´
Te aseguro que el fulano de la foto se había tomado una buena colección de tragos... ;-)
supongo que estaría hambriento de compañía humana. No quiso perder la oportunidad de tener cerca el calor de una mujer...
No hay nada como el calor humano para echar una buena cabezada... 😉
Lo mismo es una nueva postura de yoga...
Salu2, Masclaro.
!de ahi no se cae! una frase que complementa a lo dicho....
siempre la decia mi madre para cuando alguien esta comodo pero en posturita rara..........jejej
Dyhego, yo creo que tiene que ver más con el whisky que con el yoga...
Sarabel, sabias palabras 😊
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