19 enero 2018

#BEERNES 54 - ENFRENTE



En el apartamento de enfrente no vive nadie. Se lo digo yo, que no soy James Stewart en “La ventana indiscreta” pero me fijo. Las cortinas están siempre abiertas y dentro campa a sus anchas la oscuridad. De día y de noche.
A veces me da por pensar que tengo la llave de ese apartamento, que entro, que no enciendo ninguna luz, que me asomo a la ventana, que miro hacia mi balcón y que me veo a mí mismo con cara de asombro al ver que alguien se mueve por el piso.
Desde mi apartamento, y a esa distancia, no me reconozco, me considero un extraño, un intruso. Es lo que tiene el desdoblamiento de personalidad. Por un instante, barajo la posibilidad de llamar a la policía para advertir de la situación. Cojo el teléfono y mi otro yo, el que está enfrente, me adivina las intenciones, él sí que me conoce bien, y se funde en la oscuridad para aparecer poco después en la calle saliendo apresurado del portal vecino.
Cuando llego a casa, no me dirijo la palabra. Me encierro en mi dormitorio y me dejo sin cenar, confiando en que yo ya sabré por qué y a ver si así aprendo de una vez por todas, que ya tengo una edad…

4 comentarios:

Dyhego dijo...

A veces pasa, que nuestro otro yo se nos enfada, nos lleva la contraria, nos martiriza y se lleva fatal con nosotos. ¡Desagradecidos que son los desdoblados! Peores que los cuñados.
Salu2.

Más claro, agua dijo...

Y nuestro única defensa es romper los espejos, algo que, por otro lado, dicen que trae mala suerte... Estamos condenados, me temo... ;-)

Juan L. Trujillo dijo...

Anda "pillín", tu lo que quieres en ligarte a Grace Kelly y no sabes como hacerlo.
Un abrazo.

Más claro, agua dijo...

¡Ups! ¡Pillado! :-)