El diario El Mundo ha estrenado este fin de semana un nuevo suplemento dedicado al medio ambiente. El País, para hacerle la competencia, ya tiene pensado sacar el suyo sobre el otro medio. No está mal. A ver si así consiguen concienciar al personal y la gente empieza a hablar de algo más que de la sequía… goleadora de Ronaldo.
Y es que la gente piensa que ahorrar agua es pasarse al vino en las comidas. Y confunden la capa de ozono con la capa de Ozores o con la que usa Ramón García para dar las campanadas en Nochevieja. No saben distinguir el efecto invernadero del efecto Axe y están convencidos de que el cambio climático es bajar a veintiún grados el aire acondicionado del coche.
Los que sí que tienen más éxito son los coleccionables de cocina. Entre estos y los innumerables programas culinarios que hay en televisión, la gente se cree Ferrán Adriá. Y lo que de toda la vida era sacar dos huevos del frigorífico para hacer una simple tortilla francesa, ahora le llaman “presentar los ingredientes”. ¿Qué pasa, que no se conocen entre ellos? Pero si vienen en la misma huevera… Y echar la tortilla al plato desde la sartén, ahora es “emplatar”. Salvo si te ha quedado poco jugosa, que entonces es "emplastar". Un amigo mío, que antes ni se arremangaba para cocinar, ahora usa hasta bata blanca.
“¿Por qué vas disfrazado de médico, tío?”
“No voy de médico, voy de chef”
“¿Y ese fonendoscopio?”
“Es un walkman para ir siguiendo las instrucciones de las recetas sobre la marcha…”
“¡Manda ingredientes!”
El País regalaba ayer un libro sobre el arroz. Era el primero de una nueva colección que irá sacando todas las semanas. Tú recortas el cupón del periódico, pagas una cantidad de dinero X y te dan el libro. Pero ten cuidado no confundas el cupón, porque también está en venta una colección de cd’s de música de Mozart. Y, por si no tuvieras bastante, la semana que viene te darán una cartilla donde pegar cupones para conseguir un teléfono móvil. La ONCE ya ha reivindicado que, si los periódicos se van a dedicar al negocio del cupón, al menos que los kioskeros sean ciegos, como toda la vida.
Ya puestos, yo preferiría que la música de Mozart o las recetas con arroz fueran en portada y en grandes titulares y que las noticias sobre el Estatut, la guerra de Irak y la liga de fútbol, un poner, se adquiriesen a través de cupones a gusto del consumidor. Así podríamos leer lo que nos saliera de los… cupones.
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