Se está celebrando estos días en España una cosa que se llama “Eurobasket”. Si el euro es una moneda y “Basket” un cesto, parece lógico pensar que lo que se está celebrando es un debate sobre el precio de la cesta de la compra…. Pero no, aunque estemos hablando de records de altura, se trata del Campeonato de Europa de Baloncesto…
Hay que ver lo altos que son los jugadores de baloncesto, ¿eh?… Yo creo que se inventaron este deporte para dejar de trabajar en el circo… Los enanos, por su parte, se inventaron el juego de las canicas…, pero no cuajó… y ahí siguen…
Mira si son altos los tíos estos que el otro día llegaron unos cuantos equipos a Sevilla y la Giralda a su lado parecía una pieza de ajedrez… Otros equipos aterrizaron en Granada, en Palma de Mallorca, en Alicante… Al principio, parecía un problema de coordinación de los organizadores (“tratándose de españoles…”, decían algunos), o de Iberia (“tratándose de Iberia…”, comentaban otros). Pero no, es que el Eurobasket tiene varias sedes. Lo que me más me extraña es que no hubieran elegido la sede por excelencia: el Vaticano, la Santa Sede. Será que, como Dios está siempre en las alturas, pensaron que eso podía ser jugar con ventaja…
Y con el Eurobasket ha llegado la eñemanía… La eñemanía… Nadie sabe lo que es, pero, oye, por todos los lados te encuentras a gente con pancartas que dicen “¡Somos la eñe!, ¡Somos la eñe!”. Hasta había uno que llevaba una camiseta que decía “Cono, sin eñe, es geometría”… Atrás quedaron la ese de Superman, la zeta del Zorro, la che del Che y la jota aragonesa: ¡somos la eñe!... ¡Qué obsesión! ¡Cono!... ¿No tenemos bastante con angustiarnos con las letras que nos quedan por pagar del piso?... Vale que somos el único país que tenemos la eñe, pero… ¿es necesario presumir de eso?... No me imagino yo a los noruegos gritando “¡Somos la o atravesada por un palito en diagonal!”... También somos el único país que tenemos a Paquirrín, ¿no?… ¿Y qué? ¿Nadie se anima a ponerse una camiseta que diga “¡Soy Paquirrín!”?... Claro, preferimos la eñe, que no tiene madre…
Es muy complicado… En el baloncesto es todo muy complicado… Hasta la puntuación: según cómo metas el balón por el aro, cuenta un punto, dos o tres. A mí esto de que te puntúen en función de cómo la metas… la verdad… tendré que preguntar a ver cómo lo hacen los noruegos, pero yo no lo veo, no lo veo…
¿Se imaginan que hiciéramos lo mismo con las próximas elecciones?: si a usted le dejamos solo frente a la urna, sin presiones ni nada, su papeleta cuenta como un voto; si usted vota normalmente, con su campaña electoral previa, con sus encuestas, con sus besos de candidato en el mercado, etcétera, su papeleta cuenta como dos votos; y si usted vota a larga distancia, o sea, por correo, tres votos. Viendo cómo está ya el patio, pensando que todavía nos quedan seis meses para las elecciones y que va a haber muchos suspirando por “chupar banquillo” durante cuatro años más, yo creo que me voy a hinchar a pedir “tiempo muerto” con todas sus letras. Incluida la eñe.
6 comentarios:
Una vez, estaba yo mirando no sé qué en el mostrador de una tienda de decomisos, inclinado, y noté sobre mí algo extraño. Por encima de mi cabeza, varios miembros de la selección entonces soviética de baloncesto, Tachenko (por escribirlo facil) incluído, miraban lo mismo que yo. Qué sensación. Mi 1,82 parecía la nada a su vera. Me dio un complejo...
como siempre genial...eres mordad e incisivo cual navaja trapera :) Un saludo y disfruta del monedacesto :)
No creo que mi cuerpo pueda aguantar otra campaña electoral, es demasiado castigo...
Antonio, la imagen de tú inclinado y una selección de baloncesto detrás tuyo... No quier4o ni preguntar cómo acabó eso ;-)
An, muchas gracias. Yo tenía razón: la cesta de la compra está por las nubes :-)
Merce, te quedan cinco meses para emigrar ;-)
Fuéronse y no hubo nada, don Eduardo. Apenas quedó un hálito de complejo y aguarrás flotando en el ambiente. Y no compré el reloj.
Lo lamento, antonio. Otra vez será...
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