Después de perder, sin explicación alguna, noventa mil visitas al blog, gasté gran parte de mi energía neuronal intentando archivar el hecho en la carpeta de “Anécdotas pasajeras que acabarán en la Papelera de Reciclaje” en vez de en la de “Misterios sin resolver que provocan pesadillas cuando menos te lo esperas porque estás dormido”. Y creía que lo había conseguido cuando sucedió lo siguiente:
VIERNES POR LA MAÑANA: me cuentan un chiste en la oficina.
Esto no es un misterio. Trabajo rodeado de funcionarios y, de diez a doce de la mañana, que es el rato que están en su puesto de trabajo, se dedican a eso, a contar chistes.
VIERNES POR LA TARDE: Voy a una librería a comprar “Deseo de ser punk” de Belén Gopegui, que salió a la venta el martes. Todavía no lo tienen. Son los daños colaterales de vivir “en provincias”. A cambio, me llevo “Burlando a la Parca” de Josh Bazell.
VIERNES POR LA NOCHE: Me bebo todas las cervezas “bien sudaditas” que exige el guión y, al regresar a casa, dejo que Josh me cuente su historia. Al llegar al final de la página 20, leo:
“Le dice el médico a un tío: ‘Tengo que darle dos malas noticias. La primera es que tiene cáncer’. El hombre exclama: ‘¡Dios santo! ¿Cuál es la segunda?’. El médico contesta: ‘Tiene Alzheimer’. Y el tipo concluye: ‘¡Bueno, al menos no tengo cáncer!’”
¡Es el mismo chiste que me habían contado por la mañana!...
SÁBADO POR LA MAÑANA: Bajo al supermercado a comprar veinte packs de doce cervezas con el fin de poder agasajar como se merecen a Iker Jiménez y a todo su equipo, que seguro que vienen a hacerme una entrevista para su programa.
DOMINGO POR LA NOCHE: Iker no ha venido. Mejor, porque no me quedan cervezas…
VIERNES POR LA MAÑANA: me cuentan un chiste en la oficina.
Esto no es un misterio. Trabajo rodeado de funcionarios y, de diez a doce de la mañana, que es el rato que están en su puesto de trabajo, se dedican a eso, a contar chistes.
VIERNES POR LA TARDE: Voy a una librería a comprar “Deseo de ser punk” de Belén Gopegui, que salió a la venta el martes. Todavía no lo tienen. Son los daños colaterales de vivir “en provincias”. A cambio, me llevo “Burlando a la Parca” de Josh Bazell.
VIERNES POR LA NOCHE: Me bebo todas las cervezas “bien sudaditas” que exige el guión y, al regresar a casa, dejo que Josh me cuente su historia. Al llegar al final de la página 20, leo:
“Le dice el médico a un tío: ‘Tengo que darle dos malas noticias. La primera es que tiene cáncer’. El hombre exclama: ‘¡Dios santo! ¿Cuál es la segunda?’. El médico contesta: ‘Tiene Alzheimer’. Y el tipo concluye: ‘¡Bueno, al menos no tengo cáncer!’”
¡Es el mismo chiste que me habían contado por la mañana!...
SÁBADO POR LA MAÑANA: Bajo al supermercado a comprar veinte packs de doce cervezas con el fin de poder agasajar como se merecen a Iker Jiménez y a todo su equipo, que seguro que vienen a hacerme una entrevista para su programa.
DOMINGO POR LA NOCHE: Iker no ha venido. Mejor, porque no me quedan cervezas…
10 comentarios:
Ostras...ese tio me asusta un monton! es peor que el "tio del saco"!
quita quita...que repelus! :-)
A mí tampoco me quedan cervezas... horror, me veo tomando cola light... :-(
Anabel, es lo que tiene estar todo el día enredado con extraterrestres, cacofonías y caras de Bémez: que se pega todo :-)
Merce, ¡aguanta!¡baja al súper!¡suelta la cola light!¡tú puedes! ;-)
Ese sí que es un misterio, el de la desaparición de las cervezas. ¿Tienes ya algún sospechoso?
Miguel, tengo dos sospechosos muy claros: yo y mi otro yo ;-) Pero fue en legítima defensa contra la sed...
Este chico es un fenómeno paranormal.
Y da susto!
Paranormal sí que es, sí... ;-)
Y por qué no llamas a tu cuñado.
Child, porque me habría quedado sin catar ni una sola birra... Antes me tatúo las caras de Bélmez en la frente... ;-)
Haberme seguido en mi roule de las cervezas si eso. Saludos
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