Cuando Sigmund Freud se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso complejo de Edipo. Inmediatamente se puso a rezar para que su madre no le trajera, como cada mañana, el desayuno a la cama.
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13 comentarios:
Normal, ¿ya me dirás tú en la cama y en pijama donde ocultas un complejo de Édipo, sobre todo si es tan grande?
Pero cuando despertó, ¿tenía cuernecillos? ¿y rabo?
Pobre!!
Qué momento más violento.
Ah, ya, el fulano que decía que nuestros sueños más retorcidos tenían una explicación simple, y que los más simples tenían una explicación retorcida.
Claro
;-)
Uno, es un (a)puro, es verdad ;-)
Merce, no seré yo quien le mire debajo de las sábanas... ;-)
Landa, supongo que de ahí le vino su afición a los opiáceos... ;-)
Food, exacto; cuánto mejor si se hubiera quedado calladito... ;-)
Entonces se dijo: Mal de muchos, consuelo de todos. Creemos un complejo de Edipo a cada individuo, y yo no seré sino uno más entre ellos.
Vamos, es que, si no, tenía que arrancarse los ojos. Y no era plan, la verdad.
Rosa, y luego vino lo de Electra, la depre postparto, y demás. Maldito Sigmund!!! ;-)
bueno, bueno, mucho meterse con Freud, pero...bastante razón tenía.
Uno, el tamaño sí importa, jajajaja.
Beso gordo, Eduardo
Oyana, si el tamaño importa, valoro doblemente tu beso gordo. Otro para ti!!! ;-)
Muy bueno, tío. eres adictivo
Ahora entiendo tantas cosas...
Miguel, mira que me han llamado cosas en esta vida... Pero ¿"Adictivo"? ¿Eso es bueno o malo? :-)
Ana, me alegro por ti. Yo sigo siendo el mismo ignorante... ;-)
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