30 diciembre 2016

#BEERNES 18 - CUESTIÓN DE GUSTOS


Me gustaban aquellos zapatos. Pasaba todos los días por delante del escaparate y allí estaban, apoyados sobre un elegante cubo de terciopelo azul, mirándome fijamente, como queriendo decir “llévanos contigo” pero diciendo en realidad “450 euros”. Jamás podría comprarlos. Mi sueldo apenas me permitía optar a revolver, una vez al año, en las zapaterías de barrio en busca de un calzado en cuya etiqueta no figurara diseñador conocido alguno.

Me consolaba paseando con cierta frecuencia por delante de la tienda y, frente al escaparate, haciendo coincidir los zapatos con la imagen de mis pies reflejados en el cristal- Cada día me colocaba en el lugar exacto y comprobaba como en un espejo qué tal me quedaban aquellos zapatos con la ropa que llevaba puesta. Unos pantalones de pinzas se acoplaban discretamente al conjunto, mientras que el traje gris marengo de las grandes ocasiones se antojaba demasiado claro para ser combinado con el marrón de los zapatos. Definitivamente, desentonaban con la camisa de cuadros pero no quedaban demasiado mal con aquella americana negra y los pantalones vaqueros. Hasta que llegué con el abrigo negro… Aquellos zapatos eran el complemento perfecto a mi abrigo negro. La caída del abrigo hasta los tobillos parecía prolongarse perfectamente en la línea de los cordones de los zapatos. Por fin había encontrado la ropa perfecta para aquellos zapatos que jamás podría permitirme el lujo de comprar.

Entonces, mi imagen reflejada en el cristal sonrió orgullosa, inclinó la cabeza con inusual elegancia a modo de saludo y, sin más, se marchó por la trastienda con sus zapatos nuevos.


23 diciembre 2016

#BEERNES 17 - CUENTO DE NAVIDAD


Belén, mi vecina del cuarto, acaba de dar a luz. Aunque lleva un tiempo viviendo con su novio, mis amigos y yo sabemos que el hijo no es de él. Aprovechando sus viajes fuera de la ciudad, ella ha metido en su casa a prácticamente todos los hombres de entre 25 y 40 años del barrio a excepción de nosotros tres, también es mala suerte. Y los ruidos del cabecero de su cama no engañan…

Mis amigos y yo hemos pensado que podíamos subir y hacerle algún regalo, a ver si de esa manera se entera de que existimos y tenemos alguna posibilidad de…

Yo creo que le regalaré una medallita de oro con el nombre del niño (espero que la información que me ha dado el portero de que se llama Jesús sea cierta) y su fecha de nacimiento... Gary dice que él piensa regalarle una pequeña planta de marihuana y una maquinita para liar porros, que como tendrá que tener todo el día al niño en brazos, cualquier ayuda en ese sentido siempre será bien recibida. Lo mismo le dice también los nombres de los camellos de nuestra confianza, por si quiere aumentar la plantación… Y Blas, tan críptico y original como acostumbra, ha decidido regalarle un memo mug, que no sabemos lo que es ni para qué sirve…


Nuestra intención es esperar en la cocina tomándonos unas cervezas y mirando por la ventana del patio a su piso para, cuando encienda alguna luz, saber que ya ha llegado, subir a ofrecerle nuestros presentes y, ya de paso, verle la cara al niño e intentar adivinar a quién se parece. Yo ya he apostado por Ángel, el kiosquero, que es el que siempre le trae a Belén las revistas del corazón a casa (imagínate por qué) y, de paso, le informa de las últimas noticias de los periódicos.

16 diciembre 2016

#BEERNES 16 - CAMINANTE, NO HAY CAMINO


“Todos estamos solos en los espejos” (María Zaragoza)

Me fui a Vilamoura, en el Algarve, para esconderme. Huía de mis miedos, de mis mañanas y de mis pasado mañanas, de la tristeza de los lunes, del anodino gris de los miércoles y de la falsa algarabía de los jueves. Crucé la frontera como quien atraviesa un espejo rememorando sus lecturas de infancia y tratando de encontrar un país de las maravillas al otro lado. Pero allí no había conejos con chistera y reloj de bolsillo en mano. Por no haber, no había ni prisas. Nadie llegaba tarde a ningún sitio pero tampoco nadie celebraba los no cumpleaños. Llegué a la conclusión de que, en vez de al otro lado de un espejo, tan sólo había cruzado al otro lado de un puente.

Sin embargo, la realidad, azarosa como un cuento de Paul Auster, quiso llevarme hasta la rua da Botelha, dónde si no… La puerta abierta del Patacas Bar me facilitó el tomar una decisión sobre dónde entrar. Pedí una Super Bock. A pesar de estar la barra prácticamente llena, creí verme a mí mismo en la otra punta. La misma ropa, el mismo corte de pelo, las mismas gafas… Bebía una Sagres y escribía algo en el móvil, no sé sí un mensaje, un whatsapp o una idea para un microrrelato en el bloc de notas.

Miré mi propio móvil. No tenía ningún mensaje, no había recibido ningún whatsapp pero en el bloc de notas descubrí una nueva entrada que yo no había escrito. Estaba en portugués y, más o menos traducida, venía a decir lo siguiente:

Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará allí. Sólo unos pocos encuentran el camino, otros no lo reconocen cuando lo encuentran, otros ni siquiera quieren encontrarlo.

Levanté la vista y vi como mi otro yo se iba difuminando hasta quedar solamente su sonrisa. Ya no tenía duda alguna de que se trataba del gato de Cheshire disfrazado de mí mismo. Ya no tenía duda de que, efectivamente, no había cruzado un puente sino un espejo. Sólo me quedaba ya encontrar mi propio camino.

Lo que sucedió después estará escrito en otros cuentos.


09 diciembre 2016

#BEERNES 15 - SOÑAR NO CUESTA NADA MÁS QUE TIEMPO


A Kevin Johansen

Un hombre se despierta de manera abrupta durante la noche. Recuerda lo que estaba soñando. Se levanta. Se sienta delante de su ordenador portátil y lo escribe:

Hacía frío y el sonido del disparo aún temblaba entre mis dedos. No conocía de nada a aquella mujer, pero sospechaba que sería más bella muerta que viva. Escuché un segundo disparo. Su cara se desdibujó. Me dolía el pecho y empecé a respirar con dificultad.

Una mujer se despierta de manera abrupta durante la noche. Recuerda lo que estaba soñando. Se levanta. Se sienta delante de su ordenador portátil y lo escribe:

Hacía frío y en la mirada de aquel hombre vi reflejado el último fotograma de la película de mi vida. No le conocía de nada, pero sabía que mi muerte le haría rico. Hay venganzas que se pagan muy bien. Con lo que él no contaba es que yo también sabía disparar.

Yo mismo me despierto de manera abrupta durante la noche. Recuerdo lo que estaba soñando. Me levanto. Me siento delante de mi ordenador portátil y lo escribo:

Un hombre se despierta de manera abrupta durante la noche. Recuerda lo que estaba soñando...


05 diciembre 2016

Yo lo he visto... (154)


Que sustituyan el nombre de “Peligros” por el de “Castelar” puede tener varias y confrontadas reflexiones políticas. Pero lo de las lucecitas subrayándolo…

02 diciembre 2016

#BEERNES 14 - DÍAS DE MELODÍAS MELOSAS


El móvil ya no sonaba igual. Ni siquiera los tonos que diferenciaban la llamada de teléfono del mensaje o del whatsapp. Parecía un sonido como más triste, más apagado, más lacónico. Daba igual que eligiera otra opción del menú Ajustes – Sonidos y notificaciones – Melodía de sonidos. Ya podía ser el “Over the horizon” que aparece por defecto, el “Crossing a river”, el “Dance party” o cualquiera de las otras veinticinco melodías. Todas sonaban igual de grises, como si las corcheas hubieran perdido las ganas de vivir y las semicorcheas aún no estuvieran lo suficientemente preparadas como para sustituirlas en un trabajo de tanta responsabilidad.

Estuve consultando toda una tarde en Google por el posible origen del problema y no di con nada que se le pareciera. Tecleaba “melodías tristes móvil” y en el buscador me aparecían entradas que me ofrecían más melodías tristes para descargarme. También me proponía, como quinta opción, un enlace a la serie “Mar de plástico” de Antena 3, no me digas por qué, míralo tú mismo si no te lo crees…

Hice una consulta en Yahoo Respuestas y sólo recibí varios insultos y dos proposiciones para alegrarme el día firmadas por sendos nicks que no supe identificar como masculinos ni como femeninos.

Hice también la misma consulta en Forocoches y sólo recibí varios insultos y dos proposiciones para tunearme la moto firmadas por sendos nicks que tampoco supe identificar como masculinos ni como femeninos.

Probé de todo: aumentar la tarifa de datos a cuatro gigas, hacerme seguidor de El Mundo Today en la app de Twitter, ponerle una carcasa con una ilustración de Moderna de Pueblo… Nada daba resultado.

Anoche me desperté sobresaltado. Había tenido una visión (llámalo visión, llámalo pesadilla). Me puse las gafas, cogí el móvil de la mesilla, entré en Whatsapp – Contactos, busqué en el listado el nombre de mi cuñado (más concretamente, “Cuñado Cabr**”) y le bloqueé. Sin miramientos ni explicaciones previas. No eran horas. Desde entonces, no sólo el móvil ha vuelto a recuperar su tono jovial de siempre, sino que ahora me resulta agradable hasta el ruido de un portazo.