30 abril 2018
27 abril 2018
#BEERNES 67 - OJOS QUE NO VEN
El perro lazarillo
espera junto a su amo a que el semáforo se ponga en verde y poder cruzar. El
problema es que el semáforo es de esos que tienes que pulsar un botón para que
se active el mecanismo. Si no, la preferencia siempre es de los coches.
El perro lazarillo
sigue esperando. No así algunos impacientes peatones, que prefieren cruzar
corriendo y sorteando coches antes que pasar por el latoso trámite de pulsar el
botón y esperar. La tecnología, a veces, está reñida con la paciencia.
El perro lazarillo
observa a estos incívicos transeúntes pero desconoce el significado (y la
existencia propia) de la palabra “incívico”. Así que, tras un rato de más que
razonable espera, y contraviniendo a las órdenes aprendidas, tensa los
músculos, provoca un leve tirón en la correa que le une a su amo y se dispone a
cruzar…
26 abril 2018
25 abril 2018
24 abril 2018
23 abril 2018
20 abril 2018
#BEERNES 66 – BEETHOVEN
El instituto Brahms,
con sede en la ciudad alemana de Lübeck, ha notificado a la prensa la aparición
de una carta manuscrita del compositor Ludwig van Beethoven fechada en el año
1823.
Según dicen, en dicha
misiva se queja de sus problemas económicos. No es cierto. Nosotros hemos
tenido acceso al texto original y, con la ayuda del traductor alemán-castellano
de Google, hemos comprobado que la carta va dirigida a una tal Elisa y dice lo
siguiente:
“Para
Elisa:
Por
la presente te comunico, querida amiga, que la composición que la semana pasada
tuviste ocasión de escuchar en mi casa y cuya partitura robaste en un momento
en que me ausenté para retocarme los rizos en el baño, dicha composición, digo,
está dedicada a mi alumna Teresa, de la que estoy completamente enamorado, y no
a ti, que eres un dechado de imperfecciones además de un cúmulo de
despropósitos con miopía creciente.
No
dudo de que, con tus influencias y tus malas artes, mi pequeña obra acabe
siendo conocida con el título de ‘Para Elisa’. Pero, algún día, alguien
inventará la Wikipedia
y allí, querida, se contará toda la verdad. Espero que vivas para verlo, so
marsupial. Mientras tanto, y para que se te pase el disgusto, puedes escuchar
el Himno de la Alegría
mismo, yo qué sé…
Afectuosamente,
tu Ludwig”.
19 abril 2018
18 abril 2018
17 abril 2018
16 abril 2018
13 abril 2018
#BEERNES 65 – LA MALDICIÓN DE ROTHKO
Poco antes de la
medianoche, el ciudadano Juan Francisco K. acudió a la comisaría de su barrio
para hacer entrega a la policía del cuadro “Centro blanco” de Mark Rothko y
confesar que lo había robado hacía unas horas. El declarante presentaba heridas
en numerosas partes de su menudo cuerpo.
Interrogado tanto por
su repentino arrepentimiento como por su lamentable aspecto, K. dijo que en el
origen de todo aquel malentendido estaba su esposa, un ama de casa y madre de
familia ejemplar pero con un enfermizo gusto estético por la Escuela de la
Bauhaus.
Según su propia
declaración, cuando llegó a casa y su mujer vio el cuadro, le gritó “¡Valiente
mierda de Rothko! ¡Animal, te dije un Paul Klee!”, para acto seguido atizarle
en la cabeza con una silla Breuer y terminar de rematarlo en el suelo con un
sillón Walter Gropius, ambos, eso sí, adquiridos de manera legal y de los que
podría mostrar las facturas correspondientes si fuera necesario.
“Pero, alma de
cántaro”, le respondió el policía, “¿a quién se le ocurre? Si cualquier crío de
cuatro años es capaz de concluir por sí mismo que un Rothko no es más que un
Mondrian desteñido… Y aunque ambos beben de la fuente de Klee, se necesitan
unas gafas bien oscuras para confundirlos…”
“Lo sé, señor
agente”, reconoció el hombre haciéndose cada vez más pequeño tras el mostrador
de la comisaría. “Pero mi vida es muy monótona. No hacemos más que vivir entre
el expresionismo alemán y el constructivismo ruso, ahí, cada semana uno… Y eso
mata a cualquiera…”
“Le entiendo, amigo.
Sólo hay una solución para eso”, concluyó el policía. “¿Cuál?...” “Robe un
Klimt para su señora”. “¿Que robe un Klimt?...” Sí, un Klimt, un Gustav Klimt…
Ya sabe, simbolismo austriaco, mucho aire romántico y ornamento dorado, eso les
encanta a todas…”
El hombre, que estaba
empezando a recuperar su tamaño original, todavía pequeño pero el suyo
original, siguió preguntando: “Ya sé quién es Klimt pero, ¿me está usted, un
policía, incitando a que robe?...”
“Querido amigo, el
error de muchos ladrones frente al público y la justicia está en no haber
robado lo suficiente para disimular el robo… Y no lo digo yo, sino el
prestigioso escritor italiano Carlo Dossi… Por lo demás, yo no soy policía.
Estoy aquí esperando para denunciar a la FNAC. Les he pedido el último libro de
George Orwell y me han intentado vender uno de 1984 ¡nada menos!...”
12 abril 2018
11 abril 2018
10 abril 2018
09 abril 2018
06 abril 2018
#BEERNES 64 - NOSTALGIA
Cuando entró en mi
dormitorio pensó que yo ya estaba dormido. Comprobó que la persiana estaba
entreabierta, como a mí me gustaba, para que por la mañana entrara la luz del
día. Echó un vistazo a las paredes, forradas de corcho y de dibujos míos
clavados con chinchetas, con una mirada bañada en la nostalgia. Me arropó, me
besó en la frente y no me susurró “buenas noches” sino “gracias por todo”.
Después, sin hacer
ruido, salió al pasillo, cerró tras de sí la puerta de la despensa y regresó al
futuro. Allí sigue ahora, rememorando su viaje, sentado frente al ordenador y
escribiendo una nueva página de su diario:
“He entrado en el que
fue mi dormitorio, me he visto allí, con ocho años, en la cama, dormido…”
05 abril 2018
04 abril 2018
03 abril 2018
02 abril 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)