Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas
10 septiembre 2018
13 abril 2018
#BEERNES 65 – LA MALDICIÓN DE ROTHKO
Poco antes de la
medianoche, el ciudadano Juan Francisco K. acudió a la comisaría de su barrio
para hacer entrega a la policía del cuadro “Centro blanco” de Mark Rothko y
confesar que lo había robado hacía unas horas. El declarante presentaba heridas
en numerosas partes de su menudo cuerpo.
Interrogado tanto por
su repentino arrepentimiento como por su lamentable aspecto, K. dijo que en el
origen de todo aquel malentendido estaba su esposa, un ama de casa y madre de
familia ejemplar pero con un enfermizo gusto estético por la Escuela de la
Bauhaus.
Según su propia
declaración, cuando llegó a casa y su mujer vio el cuadro, le gritó “¡Valiente
mierda de Rothko! ¡Animal, te dije un Paul Klee!”, para acto seguido atizarle
en la cabeza con una silla Breuer y terminar de rematarlo en el suelo con un
sillón Walter Gropius, ambos, eso sí, adquiridos de manera legal y de los que
podría mostrar las facturas correspondientes si fuera necesario.
“Pero, alma de
cántaro”, le respondió el policía, “¿a quién se le ocurre? Si cualquier crío de
cuatro años es capaz de concluir por sí mismo que un Rothko no es más que un
Mondrian desteñido… Y aunque ambos beben de la fuente de Klee, se necesitan
unas gafas bien oscuras para confundirlos…”
“Lo sé, señor
agente”, reconoció el hombre haciéndose cada vez más pequeño tras el mostrador
de la comisaría. “Pero mi vida es muy monótona. No hacemos más que vivir entre
el expresionismo alemán y el constructivismo ruso, ahí, cada semana uno… Y eso
mata a cualquiera…”
“Le entiendo, amigo.
Sólo hay una solución para eso”, concluyó el policía. “¿Cuál?...” “Robe un
Klimt para su señora”. “¿Que robe un Klimt?...” Sí, un Klimt, un Gustav Klimt…
Ya sabe, simbolismo austriaco, mucho aire romántico y ornamento dorado, eso les
encanta a todas…”
El hombre, que estaba
empezando a recuperar su tamaño original, todavía pequeño pero el suyo
original, siguió preguntando: “Ya sé quién es Klimt pero, ¿me está usted, un
policía, incitando a que robe?...”
“Querido amigo, el
error de muchos ladrones frente al público y la justicia está en no haber
robado lo suficiente para disimular el robo… Y no lo digo yo, sino el
prestigioso escritor italiano Carlo Dossi… Por lo demás, yo no soy policía.
Estoy aquí esperando para denunciar a la FNAC. Les he pedido el último libro de
George Orwell y me han intentado vender uno de 1984 ¡nada menos!...”
16 marzo 2018
#BEERNES 62 – PLAGIO
Hacía tiempo que
teñirse las canas había dejado de ser una de esas anotaciones obligadas en su
agenda mensual. Le gustaba su melena blanca y dedicaba el dinero ahorrado en
tintes a comprar libros. El último de ellos: una edición de bolsillo de “El
Aleph” de Borges.
Con todo el día libre
por delante, decidió acercarse al parque del Retiro a disfrutar de su nueva
lectura. Eligió una mesa en una terraza junto al estanque, pidió una cerveza y
abrió su libro por el primero de los cuentos.
No había llegado
siquiera a la página 15 cuando notó a su lado la presencia de un hombre
trajeado y con maletín. Se presentó como abogado y, de manera muy educada, le
comunicó que tenía órdenes de denunciarla. “Le acuso de plagio”, le dijo.
“¿Plagio?”, preguntó ella entre extrañada y temerosa de lo que pudiera hacerle
aquel loco…
Efectivamente, según
le explicó el abogado, aquella mujer, con su melena blanca y el libro de Borges
entre las manos, estaba plagiando a su clienta María Kodama. Y ésta era muy
mirada para esas cosas.
“Sólo le queda una
opción para no ser denunciada”, añadió el abogado. “Cambie el libro de Borges
por una lata de tomate de la marca Campbell’s. De esta manera, en vez de a
María Kodama estará usted plagiando a Andy Warhol, pero ese no es cliente mío”…
02 marzo 2018
#BEERNES 60 - LA ESCALERA DE KIEFER
El desconcierto
primero y la indignación después camparon ayer a sus anchas por las amplias y
nobles salas del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Muy felices se las
prometían sus patronos cuando, ya desde hace meses, venían anunciando la
exposición de una de las obras cumbres del artista alemán Anselm Kiefer,
concretamente la titulada “Siete palacios” y más conocida como “La escalera de
Kiefer”.
El lienzo, de casi
cuatro metros de alto y tres de ancho, está inspirado por la Cábala y muestra el camino
hacia la sabiduría, representado por unos peldaños donde reposan libros
quemados.
Inexplicablemente,
algo debió suceder a la hora de negociar el traslado a Bilbao de la obra porque
lo que realmente apareció en la capital vasca no fue la escalera de Kiefer,
sino una escalera de Ikea vulgar y corriente como la que muestra la fotografía.
El director del Museo
sigue ingresado en el hospital de Basurto. No, como se dijo en un principio,
por el shock sufrido al presenciar la supuesta valiosa obra, sino por el
infarto que le produjo el esfuerzo de montar la puñetera escalera con una
simple llave Allen.
23 febrero 2018
#BEERNES 59 - EL GORDO Y EL FLACO
Doscientos heridos,
ciento veinte contusionados y más de treinta personas ingresadas en Urgencias
en estado de enajenación mental es el balance provisional tras los altercados
producidos al inicio de la primera sesión del ciclo Los Mejores Diálogos de “El
Gordo y El Flaco”.
Según testigos
presenciales, la batalla campal desencadenada ayer en la sala principal del
Cine K tuvo como origen la aparición en pantalla de dos críticos de arte en vez
de los esperados Laurel y Hardy.
En la proyección, los
dos críticos se presentaban como admiradores de las obras de Fernando Botero y
Alberto Giacometti, respectivamente, e ironizaban, en su primer diálogo, sobre la
falta de criterio estético en la elección de las formas en Modigliani:
—Es un quiero y no
puedo eso de pintar gordos alargados…
—Parecen caricaturas
de El Greco…
Al grito de “¡El
color mató al cine en blanco y negro!”, un grupo de alterados cinéfilos comenzó
a arrojar contra la pantalla botes de pintura blanca y negra. A ellos se unió
otro grupo que gritaba “¡La palabra mató al cine mudo!” y lanzaba al aire tomos
del María Moliner con las páginas arrancadas. En medio del caos, también
mezclados entre los asistentes, una docena de monologuistas improvisaban
chistes sobre los acomodadores en los cines X y dos ancianos disfrazados de Harold
Lloyd intentaban quemarse a lo bonzo el uno al otro persiguiéndose por toda la
sala.
Hasta la llegada de
la policía, tan sólo un joven bibliotecario trató de imponer la calma y el
silencio pero, a la vista de su escaso éxito, aprovechó la confusión para subir
al escenario y apuntar unos pasos de baile del número central del musical “Billy
Elliot”.
Mientras tanto, en la
última fila del cine, ajenos a la algarada, una pareja de enamorados comentaban
embelesados la lista de conservantes de su bolsa de palomitas.
Al cierre de esta
edición, fuentes oficiales admitían que estaban barajando la posibilidad de convertir
los Cines K en una nueva sede del Museo Guggenheim aprovechando el estado de
absoluta deformación en que habían quedado las estructuras del edificio.
07 abril 2017
MALDITO ESCALÓN
La semana pasada se falló el premio de
microrrelatos que convoca, con carácter bienal, la empresa de ascensores IASA. En
esta ocasión, se trataba de escribir un microrrelato con menos de quinientos
caracteres y que contuviera la expresión “maldito escalón”.
Dada mi experiencia en ascensores (ver entrada del blog del viernes pasado), no dudé en presentarme. Lo mismo pensaron, según
cifras oficiales, más de cinco mil escritores.
Una vez conocido el fallo del jurado, debo
adelantar que mi microrrelato no resultó ganador pero sí finalista. De los
cinco mil presentados, estuvo entre los veinticinco mejores. Yo ya lo considero
un premio.
Mi microrrelato se titulaba KLIMMEN EN DALEN (*) y
decía:
El diseño de aquel dibujo hacía días que se le
resistía y le impedía conciliar el sueño. Su mujer, sin embargo, no dejaba de
animarle: “No vayas a amargarte por ese maldito escalón torcido, hombre. Sigue
dibujando por donde lo habías dejado, termínalo de una vez y vuélvete pronto a
la cama, querido Escher”.
---------------------------------------
(*) “KLIMMEN
EN DALEN” significa “Arriba y abajo” y es el título de la famosa litografía de
la escalera de Escher.
11 julio 2016
22 febrero 2016
04 marzo 2015
26 diciembre 2014
Microrrelato Express #180
Las autoridades se extrañaban de que, años después
de su inauguración, todavía hubiera quién no supiese escribir correctamente
guguenjeín.
09 junio 2014
Yo lo he visto… (39)
Acostumbrado a estar colgado en frías paredes, en
esquinas de pasillos que nunca eran de paso, junto a salidas de emergencia por
donde nadie salía…
Acostumbrado a ser el hazmerreír de niños y mayores
en las exposiciones de arte contemporáneo, donde los visitantes jugaban a
confundirlo con una de las obras de la colección…
Cuando le colocaron en aquel escenario de blancas
cortinas de encaje y macetas con flores que despedían hipnóticas fragancias…
Pues lo normal: aquel extintor salió huyendo,
claro.
20 febrero 2014
19 febrero 2014
25 noviembre 2013
Yo lo he visto… (17)
Llama la atención que, para anunciar la prohibición
de fijar carteles en una pared, atornillen un cartel en dicha pared…
Llama la atención también que el cartel haga
responsable a la empresa anunciadora… Y no lo firme nadie…
Y llama, por último, la atención, la ausencia de
signos de puntuación… Falta un punto y seguido en la primera línea, dos puntos
en la segunda y un punto y final en la tercera. En total, cuatro puntos. Los
mismos que les faltan a las letras “I” del texto…
¿Nos encontramos ante un mensaje críptico cuyo
autor procede de una civilización de inteligencia superior? ¿Es, acaso, una
obra de arte urbano que contiene un mensaje de denuncia de las contradicciones en
que está inmersa la sociedad moderna? ¿O se trata, por el contrario, de la
última iniciativa atropellada y sin consensuar de nuestro querido ministro de
Cultura?
Demasiadas incógnitas. Creo que alguien debería
fijar un cartel explicativo en la pared para sacarnos de dudas…
16 agosto 2013
Yo lo he visto… (3 de 5)
Desde que, a raíz de la Operación Malaya, supimos
que Juan Antonio Roca albergaba obras de arte en las paredes de su cuarto de
baño, parece que nadie quiere resistirse a la tentación de presumir de lo
mismo…
20 junio 2013
Microrrelato Express # 166
Años de sesuda investigación arqueológica para
acabar descubriendo que los hijos de nuestros más ancestros antepasados ya incurrían
en la chiquillada de pintar las paredes…
09 mayo 2013
11 abril 2013
20 septiembre 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)