Según la Cinemascopedia, que es una enciclopedia de película, el fin de semana pasado, mientras España disfrutaba del puente del Primero de Mayo, los escritores Enrique Vila Matas y Paul Auster se juntaron en el Instituto Francés de Nueva York para mantener una tertulia literaria, que ya son ganas estando como estaba tan animada la Feria de Abril de Sevilla.
El caso es que pasó lo que tenía que pasar. Por muy literaria que sea, a una tertulia se va a insultar al prójimo, sobre todo al prójimo que no está presente. Y a pesar de que el acto era público, a Vila Matas no le importó lo más mínimo confesar que estaba harto de que los lectores no entendieran lo que leían y que eran unos estúpidos. Eso sí, para evitar que alguien se diera por aludido y atentara físicamente contra su persona, lo dijo mirando al techo. Auster, lejos de quitarle hierro al asunto y recordarle a su compañero que el aforo del Instituto rondaba los tres centenares de asientos ocupados, incidió en el asunto corroborando la existencia de lectores estúpidos.
Desde ese día se desconoce el paradero del editor de Anagrama, sello que publica las novelas de ambos, aunque hay quien afirma que le vio regresando inmediatamente a España para poder tirarse del puente del Primero de Mayo con las obras completas de ambos amarradas al cuello con una cuerda.
Cuentan las crónicas que, en el turno de preguntas, entre el público asistente se levantó una mujer y dijo:
“Paul, soy tu mujer, y jamás he entendido una palabra de lo que has escrito. Ni de tus novelas ni siquiera de las notas que me dejas escritas directamente en la puerta del frigorífico por no ir al escritorio a coger un post-it. Si por ese motivo consideras que soy una estúpida, que te den. Concretamente, que te dé la cena el señor Vila Matas”.
Efectivamente, esa noche, tras conseguir escapar del Instituto Francés por una puerta trasera disfrazados de elegantes paneles de mampostería, el español cocinó para el americano unos sabrosos microrrelatos inspirados en el minimalismo de Ferrán Adriá. Auster confesó que no le sabían a nada.
Acabaron la noche a sartenazo limpio…
El caso es que pasó lo que tenía que pasar. Por muy literaria que sea, a una tertulia se va a insultar al prójimo, sobre todo al prójimo que no está presente. Y a pesar de que el acto era público, a Vila Matas no le importó lo más mínimo confesar que estaba harto de que los lectores no entendieran lo que leían y que eran unos estúpidos. Eso sí, para evitar que alguien se diera por aludido y atentara físicamente contra su persona, lo dijo mirando al techo. Auster, lejos de quitarle hierro al asunto y recordarle a su compañero que el aforo del Instituto rondaba los tres centenares de asientos ocupados, incidió en el asunto corroborando la existencia de lectores estúpidos.
Desde ese día se desconoce el paradero del editor de Anagrama, sello que publica las novelas de ambos, aunque hay quien afirma que le vio regresando inmediatamente a España para poder tirarse del puente del Primero de Mayo con las obras completas de ambos amarradas al cuello con una cuerda.
Cuentan las crónicas que, en el turno de preguntas, entre el público asistente se levantó una mujer y dijo:
“Paul, soy tu mujer, y jamás he entendido una palabra de lo que has escrito. Ni de tus novelas ni siquiera de las notas que me dejas escritas directamente en la puerta del frigorífico por no ir al escritorio a coger un post-it. Si por ese motivo consideras que soy una estúpida, que te den. Concretamente, que te dé la cena el señor Vila Matas”.
Efectivamente, esa noche, tras conseguir escapar del Instituto Francés por una puerta trasera disfrazados de elegantes paneles de mampostería, el español cocinó para el americano unos sabrosos microrrelatos inspirados en el minimalismo de Ferrán Adriá. Auster confesó que no le sabían a nada.
Acabaron la noche a sartenazo limpio…
13 comentarios:
Para empezar el día, espeso, vamos, como un puré de garbanzos!
Qué pasa, que ahora me voy a tener que "borrar" de ser "fanática" de Paul? Del otro, de Enrique, no opino pues no he leído nada ilegible de él... pero de Auster sí y bueno, debo de entrar en su otra categoría, aunque cualquiera sabe, lo mismo es que lo entiendo todo a mi manera y me quedo tan pantxa!
Ayyys, qué dilema me has planteado, Edu! Porque eso de llamar estúpidos a los lectores.. no me ha gustado nada de nada, pero nada, vamos!
To by or no to by! Era así o... a Guillermo tampoco se le entendía?
bien empleado...por acudir a una tertulia tan friki!!!!;-)
Sera que no hay cosas que hacer en NY!!!
Desde luego, si después de esto siguen comprando sus libros, se merecerán el calificativo...
Carpe Diem
Edurne, a Guillermo se le entendía mucho menos, porque escribía en inglés antiguo, pero eso no cuenta... :-)
Anabel, lo mismo también Feria de Abril en NY... ;-)
Cosecha, creo que han decidido dejar de escribir y montar un restaurante de comida rápida... :-)
Ah noooo! Justo estoy leyendo a Auster, y me trata de estúpida?! Hoy mismo tiro su libro por el balcón!
Ana, ten cuidado no le vaya a caer el libro a alguno en la cabeza y se convierta en un estúpido... ;-)
Hombre, que dos autoridades literarias reconozcan nuestra (mi)existencia me llena de entusiasmo
¡Por fin!
Food, al menos, podían invitarnos a comer, ¿no?... :-)
¿Y no será que, de un tiempo a esta parte,el amigo Auster se repite como las sardinas en aceite y eso hace que la exresión de sopor del confiado lector pueda interpretarse como estupidez?
Es lo malo de ser demasiado inteligente que la gente no le puede seguir... o de no saber expresar bien lo que se quiere contar. De la mente al papel hay un largo camino y no todo el mundo lo sabe recorrer.
Yo por suerte no me puedo considerar estúpido, nunca he leído conscientemente a ese señor.
Tarquin, pudiera ser, pero nunca me oirás decir nada en contra de Auster porque conservo la ilusión de que un día se convierta en mi suegro... :-)
Uno, yo he leído a ambos. ¿Seré doblemente estúpido?... ;-)
Menos mal, de mí no hablaron. Ni los he leído ni los pienso leer. Je, qué se pensaban, que todo el mundo es como sus lectores.
Child, con lo bien que nos trata nuestro Glez... ;-)
Publicar un comentario