
De todos es bien sabido que no hay español en el mundo que sea sincero a la hora de responder a una encuesta. Fíjense, si no, en la cantidad de gente que afirma ser adicto a los documentales de animales de La 2. Son los mismos que no dejan de hablar de Cachuli, Paquirrín y Pipi que, oye, lo mismo también son nombres de animales y yo no estoy al tanto… La sinceridad brilla por su ausencia en nuestras respuestas y, en último caso, preferimos acogernos al manido no sabe / no contesta antes que reconocer que no llegamos a fin de mes, que no leemos más de un libro al año o que nos cae bien nuestro cuñado.
La preferencia paterna por la profesión de médico para su hijo sólo se entiende desde el egoísmo más extremo: es la única manera de conseguir recetas sin dar explicaciones. Claro que, por esa regla de tres, nos resultaría más útil y placentero preferir para nuestro hijo la profesión de gerente de puticlub, representante de Heineken en España o fotógrafo de Playboy…
Pero no: nosotros decimos médico, que queda muy bien delante del encuestador. Sin embargo, cuando nuestro hijo cumple los cinco años no le regalamos un fonendoscopio, sino una raqueta de tenis o un balón de fútbol. En el fondo lo que queremos es que nuestro hijo se convierta en el Rafa Nadal, en el Fernando Alonso o en el Fernando Torres del futuro. Y cuando se haya retirado del deporte en activo, que sea médico, militar o lo que le salga de las mismísimas narices, pero con la cuenta corriente con overbooking de cifras.
Mis padres siempre desearon que yo fuera economista. Pero en vez de regalarme a su tiempo una calculadora, los reyes magos dejaron junto a mis zapatos un disfraz de Robin Hood. Todavía lo conservo y me lo pongo cada vez que tengo que hacer la declaración de la renta, por aquello de quitar a los ricos y dárselo a los pobres. Pero no hay manera: siempre me sale a pagar. Si los reyes magos no hubieran metido la pata con la elección del regalo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario