Entre nuestras preocupadas miradas sólo se interponía el silencio… Dicen que ese momento se produce cuando cruza un ángel. En nuestro caso, había tal aglomeración de angelitos que el salón parecía la casa-museo de Lucía Bosé…
“¿Qué vamos a hacer?”, pronunció ella más con tono de súplica que de interrogación…
“Es tu hermano…”, contesté yo como quien en medio del mar se aferra a un bote salvavidas pinchado y rodeado de una concentración de tiburones hambrientos.
“A mí me obvia”, pronunció ella más con tono de fuga que de solución…
“A mí, sin embargo, sólo me odia”, contesté yo como quien en medio de un incendio de grandes dimensiones saca un cigarrillo y busca a alguien que le dé fuego.
“¿Y si nos buscamos una excusa?”, pronunció ella más con tono de suicidio que de alternativa…
“¿Y si le buscamos una inclusa?”, contesté yo como quien en medio de una jaula de leones empieza a recordarle a Ángel Cristo las aventuras erótico-festivas de Bárbara Rey…
“¿Te importaría dejar de hacer jueguecitos de palabras?”…
Hay quien, en momentos como éste, se come las uñas, pero yo ya había acabado con todas mis existencias durante la visita de mi cuñado. Hay, también, quien se sirve una copa generosa de ron, pero había sido mi cuñado quien había acabado con todas mis existencias durante su visita. Y hay quien se afana en resolver sudokus de manera compulsiva, pero yo soy de letras… Sólo me quedaba reconocer que liberaba tensiones haciendo juegos de palabras o confesar que lo de la inclusa no era un juego sino una propuesta en firme y razonada…
El calendario indicaba que era dieciséis de julio y teníamos un problema, una cuesta de enero en pleno verano, con lo que se suda subiendo a pie… Y, en ocasiones como esta, ni siquiera el odioso clip de Windows es capaz de asomar su desagradable jeta por una esquina preguntando si necesitas ayuda.
“Pues sí, necesito ayuda. Necesito sugerencias sobre páginas web que permitan la descarga de programas antivirus cuyo radio de acción supere los cinco kilómetros a la redonda del ordenador. Y a partir de ahí, rezar por que mi cuñado esté incluido en la lista más actualizada de virus peligrosos. Que lo está, fijo”
“¿Con quién hablas?”, pronunció ella más con tono de médico de urgencias que de duda…
“Con el clip de Windows”, contesté yo como quien en medio de una tormenta con abundancia de aparataje eléctrico abre un paraguas y asegura que tiene pinta de que va a llover.
“Está claro que necesitamos ayuda. Y en tu caso concreto, ayuda profesional…”, sentenció.
“¿Qué vamos a hacer?”, pronunció ella más con tono de súplica que de interrogación…
“Es tu hermano…”, contesté yo como quien en medio del mar se aferra a un bote salvavidas pinchado y rodeado de una concentración de tiburones hambrientos.
“A mí me obvia”, pronunció ella más con tono de fuga que de solución…
“A mí, sin embargo, sólo me odia”, contesté yo como quien en medio de un incendio de grandes dimensiones saca un cigarrillo y busca a alguien que le dé fuego.
“¿Y si nos buscamos una excusa?”, pronunció ella más con tono de suicidio que de alternativa…
“¿Y si le buscamos una inclusa?”, contesté yo como quien en medio de una jaula de leones empieza a recordarle a Ángel Cristo las aventuras erótico-festivas de Bárbara Rey…
“¿Te importaría dejar de hacer jueguecitos de palabras?”…
Hay quien, en momentos como éste, se come las uñas, pero yo ya había acabado con todas mis existencias durante la visita de mi cuñado. Hay, también, quien se sirve una copa generosa de ron, pero había sido mi cuñado quien había acabado con todas mis existencias durante su visita. Y hay quien se afana en resolver sudokus de manera compulsiva, pero yo soy de letras… Sólo me quedaba reconocer que liberaba tensiones haciendo juegos de palabras o confesar que lo de la inclusa no era un juego sino una propuesta en firme y razonada…
El calendario indicaba que era dieciséis de julio y teníamos un problema, una cuesta de enero en pleno verano, con lo que se suda subiendo a pie… Y, en ocasiones como esta, ni siquiera el odioso clip de Windows es capaz de asomar su desagradable jeta por una esquina preguntando si necesitas ayuda.
“Pues sí, necesito ayuda. Necesito sugerencias sobre páginas web que permitan la descarga de programas antivirus cuyo radio de acción supere los cinco kilómetros a la redonda del ordenador. Y a partir de ahí, rezar por que mi cuñado esté incluido en la lista más actualizada de virus peligrosos. Que lo está, fijo”
“¿Con quién hablas?”, pronunció ella más con tono de médico de urgencias que de duda…
“Con el clip de Windows”, contesté yo como quien en medio de una tormenta con abundancia de aparataje eléctrico abre un paraguas y asegura que tiene pinta de que va a llover.
“Está claro que necesitamos ayuda. Y en tu caso concreto, ayuda profesional…”, sentenció.
21 comentarios:
Confieso que yo asesiné al asistente.. claro que yo tengo un cuñado, dos en realidad, bueno tres si contamos a mi ex cuñado que para mí sigue contando, erg, quiero decir que, si pienso en los hermanos de mi propio ex, entonces la suma de cuñados y ex cuñados se pone en las nubes. Así que tuve que inmolar al asistente.
Necesito saber cómo continuará lo tuyo. Muchos ánimos.
Yo no confiaría mucho en ese odioso click. Ten en cuenta que es de Microsfot. Cualquiera puede estar detrás de él.
Incluso... tu cuñado.
Moderrunner, te acompaño en el sentimiento... Te seguiré informando ;-)
Landa, no me digas eso... ¡el clip y mi cuñado juntos!... ¡¡¡Odio la informática;-)
El dichoso clip tiene una utilidad indudable: lo "desenrollas" y se lo metes por los dos ojos, de momento...
Cosecha, te voy a nombrar "asesor oficial anticuñados". No tienes más que ideas geniales!!! :-)
¿Has probado la hipnosis? No sé, por probar.
Yo es que soy de mac y no recuerdo mucho sobre las bondades y beneficios del clip, pero no me da a mi muy buen rollo el tema. ¿Y si van y se alían? Aaaah, amigo!!
Lo de buscar una inclusa me aplicararía a mí mismo.
;-)
Como no se va a odiar a un tipo que se bebe todas las reservas de ron de casa ...
Genial como siempre. saúdos e apertas.
Pero claro que necesitan ayuda profesional! Hay unos tipos muy buenos que por poco dinero, te solucionan el problema y destruyen toda evidencia... =p
Odio al clip de windows, casi tanto como tú a tu cuñado...
Pues a veces los cuñados tienen su gracia...sólo hay que encontrársela, jajaja.
Mandrágora, ¡no les des ideas! ;-)
Food, la estoy buscando pero bien lejos :-)
Domin, pues eso digo yo... :-)
An, como siempre, muchas gracias ;-)
Ana, ya me estás pasando su teléfono... :-)
Merce, el clip es un bendito comparado con mi cuñado :-)
Oyana, te voy a mandar una temporadita a mi cuñado para que tú misma le encuentres la gracia, a ver si tienes narices... ;-)
Está güeno?
Ufff, el clip de windows, no soporto a ninguno de toda esa familía amorfa e irregular (clip, perro, aviadora,...) ni creo que sean capaces de prestar ninguna ayuda. A mi juicio sólo estorban... como tu cuñado. Proponles a Microsoft que le fichen... con pagarle con garrafón creo que aceptará sin problemas. Si te apresuras... lo ponen el Window 7 :-)
Oyana, tan güeno como un bote de mahonesa dejado al sol todo el mes de agosto, no te digo más... :-)
Uno, ¿tú crees que se lo puedo colar al Bill Gates ese?... Te advierto que mi cuñado de informática lo único que conoce bien es la tecla "Escape"... La usa cada vez que se habla de pagar una ronda... :-)
ando con pereza de domingo, pero adhiriendo a Landa y a Cosecha, deseenrrolla el tal clip, lo enrrollas al cuchillo ese de matar cochinos y se lo clavas por la espalda! (por si no hubiera antivirus para ese bicho!)
Yo odio los clips (me gustan más los de Famobil), siempre se pierden y nunca están cuando los necesitas...
No sé, seguiré pensando a ver si se me ocurre algo para ayudarte con este maldito roedor, digo, cuñado!
Miralunas, gracias por la idea: es sencilla y me cargo a dos seres odiosos a la vez :-)
Edurne, muchas gracias. Cualquier aportación será muy bien recibida ;-)
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